¿Te regalaron o decidiste comprar para una ocasión especial? ¿Destapaste una y te sobró un poco? ¡No lo tires! Siempre hay opciones para conservar en buen estado las botellas de vino.
Cada copa cuenta una historia del territorio en el que se cultivaron las uvas con las que se produjo y el camino que recorrió hasta llegar a tu mesa. Existe toda una cultura alrededor de este fermento de la que se puede aprender siempre algo nuevo.
Catar un vino es una experiencia sensorial que involucra todos los sentidos y que debe aprovechar todas sus características. Para lograrlo, es importante que las conserve correctamente al paso del tiempo.
Ninguna bebida que esté dentro de una botella tiene aromas, sabores o texturas por arte de la casualidad. Todo fue diseñado por un enólogo para que pudiera disfrutarse de cierta manera y, al conservar bien una botella de vino, se está asegurando que cada una de esas características podrán disfrutarse al servirlas en una copa.
Por eso es tan importante mantenerlas y cuidarlas. Aquí te van unos tips para que lo hagas de la mejor manera.
La temperatura en la que se almacenen las botellas de vino es uno de los principales factores para que no se echen a perder. Los expertos recomiendan que estén a una temperatura entre los 12 y 16°C para evitar cualquier tipo de alteración.
Designa un lugar en casa que sirva como cava o bodega. No importa si guardas más cosas ahí, sólo cuida que la temperatura no cambie de manera drástica.
Otro de los aspectos importantes para mantener en buenas condiciones las botellas de vino es la humedad.
El lugar que escojas para guardarlas debe ser fresco y la humedad debe oscilar entre el 70% y 80%, esto con la finalidad de que el corcho no se seque o al contrario, se llene de moho.
Lo ideal es que el vino se mantenga en un lugar donde no hay luz, de lo contrario si la botella se expone al sol podría comenzar a tener reacciones químicas como la oxidación.
Una forma de conservar las botellas de vino tinto viene desde la bodega productora: el color del cristal es verde oscuro y aunque no lo creas esto tiene un fin: neutralizar entre el 30% y 60% de las radiaciones de luminosas.
En el caso de los blancos, los tonos del vidrio son claros para denotar los reflejos del vino y conocer un poco a simple vista de qué se trata. De ambas maneras, entre más se evite la luz del sol, durará más antes de oxidarse.
Para conservar las características organolépticas del vino es necesario colocar la botella en forma horizontal y esto es para que el líquido y el corcho tengan contacto permanente. Esto logrará que no se seque y se prevenga la oxidación.
En caso de los vinos espumosos lo ideal es que estos se guarden de forma vertical, la presencia de carbono permitirá que el corcho se mantenga en un buen nivel de humedad.
Hay muchos vinos que se conservan gracias a su tipo de producción; sin embargo, es importante tomar en cuenta que tanto los vinos jóvenes los de crianza y gran reserva deben tomarse en un tiempo determinado.
Recuerda que los vinos jóvenes deben consumirse en el mismo año en el que se cosecharon, los vinos de crianza llegan a durar 2 años y los de gran reserva entre 5 y 10 años.
Sin embargo es necesario tomar en cuenta que las condiciones de cada botella podrían variar.
Tal vez te sobró un poco de vino de aquella cena especial en casa, o quizá decidiste ver alguna película de cocina en Netflix en la comodidad de tu cama y servirte una copita.
No pasa nada, no tires lo que te sobró, existen maneras de conservar todo el vino que quieras. Mira aquí todo lo que puedes hacer.
Y lo más importante… ¡Disfruta!