Quienes pasan mucho tiempo en la cocina saben que organizar el refri es fundamental para saber qué hay y de paso desperdiciar menos. Si apenas estás familiarizándote con este espacio de la casa, no está de más acomodar esa despensa y de paso identificar cuál alimento ya venció.

Puede pasar que llegas del mercado o el súper y solo guardas lo nuevo incluso sin lavarlo, pero toma este consejo: organizar el refri te ahorrará dinero a la larga. 

Para hacerlo bien solo necesitas poner atención a tus hábitos alimenticios, invertir en uno que otro recipiente y saber para qué sirve cada compartimento.

Conoce tu refri

Quienes han trabajado en la industria alimentaria sabrán que todo se organiza por temperaturas. ¿Quéeee? Sí, aunque no lo creas, el refrigerador no está a los mismos grados centígrados en todos los puntos.

Suena complicado pero en realidad no lo es y también está bien saber que hay cosas que requieren más frío para que se conserven bien.

En los estantes superiores hay más calorcito así que te recomendamos colocar los restos de comida que comerás después, bebidas y alimentos ya cocinados.

La razón es simple, si es lo primero que veas cuando abres el refrigerador será lo primero que se te antoje así que difícilmente se echará a perder. Aquí también puedes colocar yogurt, queso y hasta embutidos. 

En las repisas medias e inferiores lo ideal es colocar ingredientes crudos pero que se mantienen cerrados en recipientes herméticos. En esta zona va todo lo que se utilizará después de que se termine la comida preparada.

La puerta del refri es la parte más cálida, por lo que los condimentos pueden estar ahí sin ningún problema.

Si tienes espacio en las repisas coloca ahí la leche y el huevo para que se mantengan bien fríos, en caso de no tener otro lugar más que la puerta considera que su periodo de vida útil puede acortarse.

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Si te preguntas por qué hay cajones dentro del refrigerador la respuesta es que sirven para mantener la humedad. Puedes guardar frutas y verduras ahí para que se conserven por más tiempo. Es el sitio donde hay más frío.

Los cajones también pueden ser bastante útiles para almacenar la carne. De hecho, si tu refrigerador tiene dos utiliza uno para frutas y vegetales y el otro para el pollo, cerdo, res y hasta pescado. 

Sin embargo, cuida de colocar la carne en el de abajo si es que uno está encima del otro, esto para que si llega a haber derrames tus vegetales no se echen a perder. Trata de limpiarlos bastante seguido.

Ahora sí, los tips para organizar tu refri

Etiqueta los recipientes. Sabemos que puede ser tardado e incluso que pienses que es un desperdicio de tiempo; sin embargo, es un método muy eficiente para saber qué hay dentro en caso de que sean opacos.

También es buena idea escribir en la etiqueta la fecha en la que se almacenó para poder calcular qué tan fresco sigue cada alimento.

En caso de olvidar qué tanto tienes almacenado, otro consejo es hacer un inventario de lo que hay. Si eres organizado ten por seguro que será tu salvación cada vez que vayas por suministros. Puedes colocar tu lista en la puerta del refri con imanes divertidos.

Al huevo procura cambiarlo de contenedor pues esas cajas de cartón generalmente contienen microorganismos que definitivamente no quieres viviendo en el refri. Invierte en una huevera de plástico o guárdalos en donde no corran peligro.

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Uno de los consejos más importantes es que porciones tu comida. Tal vez compraste pollo o carne para dos semanas, será necesario que congeles una parte así desperdiciarás mucho menos y seguirá estando fresco cuando lo utilices.

Recuerda que una recomendación es no congelar y descongelar muchas veces la carne o el pescado. 

Para lograr esto puedes tener bolsas de plástico reutilizables con cierre hermético; por cierto, si aplanas ahorrarás todavía más espacio.

El refrigerador de un ama de casa. Foto: Mark Menjivar.

Con la fruta puede ser lo mismo. Hay frutas que perfectamente se pueden congelar sin perder sus propiedades como todas las bayas, las fresas, el mango y en general aquellas que no tienen una gran cantidad de agua en su composición.

Deja frescas las que vayas a comer pronto y las demás mételas al congelador siempre sin cáscara y en una bolsa o empaque hermético.

Si es necesario mover algunas repisas de altura ¡hazlo! No hay ninguna regla a seguir siempre y cuando sea funcional para ti.

En el mejor de los casos, invierte en organizadores, recipientes apilables y cajitas de plástico para optimizar el espacio y organizar mejor el refri. Estos también te servirán para contener cualquier derrame que haya y no ensucies el resto de tu comida.

¿Listo para acomodar al estilo Marie Kondo? ¡Perfecto! Pon manos a la obra.