Las calles de Ciudad de México están llenas de puestos donde los antojitos se transforman en manjares culinarios y hacen comidas completas. Así pasa con las tortas de milanesa: una combinación tan ganadora que se antoja hacerla en casa.
Y es que el simple sonido de la carne empanizada cuando comienza a freírse es celestial. Qué decir del aroma del pan cuando se pone a la plancha con su correspondiente pasadita de mantequilla. ¡Y eso es sólo el principio!
No hay nada mejor que aprovechar los antojos callejeros para armarse algo al gusto en casa. Aunque pocas cosas se comparan con el éxtasis de echarse una buena torta de milanesa en pleno eje vial, prepararlas uno mismo no está nada alejado de ese placer.
En todos los puestos hay ingredientes comunes para poner entre panes y armarla. En primer lugar, por supuesto, está esa sábana de carne de res empanizada gruesa y frita en aceite.
También el bolillo o telera calientito que la recibe con brazos abiertos, debe estar crujiente por fuera y suave en el interior.
Tip Animal: sazona la carne antes y también échale sal y uno que otro condimento al pan molido para que todo sepa delicioso y se integre a la perfección.
Otro tip Animal: te recomendamos que compres bisteces, aguja o bola. Una vez sazonado, pásalo por harina, luego huevito y al final en el pan molido que también sazonaste.
El queso es fundamental: gratinado o fresco, aprovecha las hebras del Oaxaca para darle un toque cremoso a tu torta.
Ahora los condimentos. Una buena mayonesa hará toda la diferencia y por buena definitivamente ponemos en primer lugar a la hecha en casa. Aunque puedes no ponerte tan exquisito, definitivamente no la olvides.
Mostaza, chilito chipotle y frijoles refritos untados en las tapas de la torta darán una explosión de sabores y sensaciones que nunca creíste que pudieras preparar con tus propias manos. ¿Eres aventurero? ¡Anímate con el pápalo!
A una buena torta no le puede faltar el brillante color rojo de un jitomate fresco o el verde cautivador del aguacate. No por ser un antojo callejero debe sólo evocar a la comida chatarra: las garnachas chilangas tienen su corazoncito y también pueden tener elementos saludables.
Para finalizar, cierra aquella torre de ingredientes deliciosos y pásala una vez más por una plancha que tenga mantequilla. No desperdicies nada ni sufras la frustración de que se caiga algún ingrediente, mejor córtala por la mitad y cómela a mordiditas para disfrutarla con calma.