Por fin te animaste a preparar esa sopa de verduras que te mataba de antojo desde hace semanas. La olla burbujea y el caldo -rojo, como lo preparaba tu madre también- tiene un aroma espectacular. Lo pruebas y ese sueño que estaba en tu cabeza… fracasa. La comida se pasó de sal.
La frustración es tal que dan ganas de tirarlo todo a la basura y comenzar de nuevo. Pero hay algo que le dice a tu conciencia que eso tiene remedio.
Y efectivamente lo tiene. No es tan fácil equilibrar un guisado o sopa que se saló, sin embargo, hay trucos para lograrlo.
10 tips para salvar la comida que se pasó de sal
Mira tu sopa -o guisado, o lo que hayas preparado con tanto gusto- y respira. La vida otorga segundas oportunidades y esta es la tuya para tener un platillo más que decente.
Reflexiona: lo delicioso de una comida depende del equilibrio en ella así que más allá de evidenciar que le sobra sal, lo primero que debes hacer es preguntarte ¿qué le falta?
La respuesta reside en alguno de los sabores restantes: ácido, amargo, dulce o umami.
Antes de que busques la solución a tus problemas es importante que sepas lo siguiente: no hay que tenerle miedo a la sal. Incluso en grandes cantidades puede ser una maravillosa aliada sabiéndola agregar en el momento adecuado.
Si es caldoso o tiene una salsa
Cuando efectivamente es una sopa o un guisado lo que se saló, hay más alternativas que cuando está seco.
- La más evidente es agregar un poco más de agua o fondo de cocción. Cuando cocinas con cerveza o vino como medio líquido, el truco de ponerle más también funciona.
- Otro tip muy popular desde la época de las abuelas es agregar una papa al caldo o salsa. Esto es eficiente porque ingredientes como éste tienen almidones que con el calor se rompen en azúcares simples y dan el equilibrio que estás buscando.
- Bajo este mismo principio funciona el arroz; en este caso también se absorbe la sal en los granos y hay balance en el plato completo. Caldito de pollo, ¡estás salvado!
Cuando es un plato seco
Ya nos sucedió también: nos dejamos ir con ese corte maravilloso de carne y lo sazonamos de más, tanto que sólo bastó un bocado para tener la lengua toda escaldada.
- Aunque odiamos esta opción, lo más lógico es enjuagar con un poco de caldo o fondo de cocción el corte ya cocinado.
- También puedes acudir a un cuchillo y raspar un poco la parte superior; de este modo, la sal que sobra de la superficie que haya faltado por disolverse, se irá.
- Para que esto no suceda te recomendamos sazonar la carne con un día de antelación y dejarla refrigerada. De esta forma, la sal se distribuirá uniformemente por todo el corte, se disolverá y tendrá un sabor parejo.
- Regresemos a lo básico: el equilibrio. Si es un corte de carne que puede tener una costra, carameliza un poco de azúcar y regrésalo al sartén a fuego muy alto.
- Si no es así, agrega unas gotas de limón para que el sabor a sal no sea tan invasivo.
Una inversión de tiempo
A veces quisiéramos dedicar todo el tiempo del mundo a cocinar rico; si esta vez vas a hacerlo y la comida está salada, estás de suerte para corregir tu error.
- Prepara una salsa que al combinarse con tu preparación haga el equilibrio perfecto. Esto muchas veces se logra dejándola un poco corta de sal.
- Enriquece tu guiso con más ingredientes. A esa sopa puedes picarle un poquito más de verduras o incluso acudir a alguna maravillosa especia o hierba aromática.
- Incluye en tu receta alguna grasa. La función de este grupo de alimentos es enriquecer los sabores y hacerlos más profundos, así tendrás el equilibrio que estás buscando.
No permitas que tu comida termine en la basura solamente porque se pasó de sal. Como verás, el secreto está en seguir probando y agregar ingredientes hasta que mejora del todo.