Admitámoslo: a todo mundo le da una flojera tremenda acomodar la despensa. Sin embargo, en tiempos de encierro es un magnífico pasatiempo para descubrir ingredientes que se pueden aprovechar y evitar desperdicios.
Quizás parezca un acto de vanidad invertir en frascos y contenedores para tener una alacena bonita pero se trata de mucho más que simple estética; es aprovechamiento, conservación y orden.
La filosofía china habla en el Feng Shui de hacer espacio para las cosas nuevas dejando ir las viejas. Independientemente de la corriente filosófica a la que pertenezcas, acomodar la despensa es todo un acto de purificación y verla en orden perfecto da una sensación de placer inexplicable.
Sí, quizás suena muy obsesivo pero en realidad, la limpieza da a la cocina la armonía que le hace falta. Para preparar los más ricos alimentos se necesita también un buen ambiente en donde el cocinero esté como pez en el agua.
Otro gran motivo para acomodar esa despensa es que los ingredientes pueden durar mucho tiempo más si se conservan de la manera adecuada. Adiós a los aceites rancios, a las galletas viejas y a las latas abolladas.
Aquí te tenemos algunos trucos para mantener todo en orden y fresco:
Junto a la estufa, cerca de la zona en la que picas los ingredientes o en donde sea que te sientas más cómodo, asegúrate de tener a la mano sal fina, sal de grano, aceite vegetal y los sazonadores que utilices más (pimienta, mezclas de especias, hierbas aromáticas molidas).
Te recomendamos recipientes que se puedan cerrar herméticamente para que no les entre polvo, grasa o humedad.
Invierte en frascos o recipientes herméticos que ayuden a mantener los ingredientes secos sin que les entre humedad. De esa forma, podrán durar incluso años sin que se llenen de insectos u hongos.
¿Por qué en frasco? Por una muy simple razón: Si dejas, por ejemplo, el azúcar en su empaque, no se podrá cerrar y estará vulnerable al ambiente. No elijas cualquier recipiente, apuéstale a los que cierran bien para evitar problemas.
Los ingredientes que van mejor almacenados de esta forma generalmente se encuentran en la zona de abarrotes de los mercados. Estamos hablando de harina, azúcar, chiles secos, café y algunas otras cosas como los frutos secos y la jamaica.
Recomendamos tener estos ingredientes en el fondo de la despensa porque no se utilizan con tanta frecuencia como otros. Para los endulzantes o el café, también funciona tener un pequeño recipiente a la mano para los consumos diarios.
Las latas, salsas de botella, especias y hierbas aromáticas en seco pueden quedarse en el empaque en el que se compraron y así durarán mucho tiempo si están en un lugar oscuro.
No es necesario refrigerar la miel ni las salsas sazonadoras así que haz un espacio en la alacena también. La esencia de vainilla, royal, bicarbonato y levadura en polvo tenlos juntos siempre pues la probabilidad de que se utilicen en una misma receta es alta.
El mole en pasta puede ir dentro o fuera del refrigerador -incluso lo puedes congelar- y si tienes en polvo, mejor recurre al frasco.
Las conservas como los chiles en vinagre, los chipotles adobados, las mermeladas o los ates van mejor en el refrigerador.
Existen discusiones acerca de si el huevo va refrigerado o no. Una de las respuestas inmediatas será: siempre va a durar más si está dentro aunque tenga sus desventajas.
Sobre los vegetales: algunos van en el refri, otros no es necesario. Depende mucho del tipo y del espacio disponible. Aquí puedes tener información precisa de cada grupo pero te damos un adelanto:
Las hortalizas se refrigeran cubiertas de papel húmedo dentro de una bolsa; las cebollas y los ajos pueden ir fuera; manzanas, duraznos, peras también caben mejor en un frutero.
El congelador es otro lugar de almacenamiento de la despensa. Hay muchísimas formas de sacarle provecho pero no se te ocurra guardar estos alimentos ahí.