El huevo es uno de los alimentos base en la cultura occidental. Específicamente en México, nadie perdona un desayuno que no los incluya o algún postre que no lo utilice en su receta. Aunque el de gallina es el más conocido existen alternativas como los huevos de codorniz que también son deliciosos y fáciles de comer.
Son ricos en vitamina A, vitaminas del grupo B y vitamina D, también tienen vitamina K y E. Además, tienen una gran cantidad de hierro, calcio, magnesio, zinc, yodo y potasio.
A pesar de su pequeño tamaño, son una gran fuente de proteínas y minerales, lo que los hace perfectos para su consumo.
Sin embargo, se debe tomar en cuenta que estos tienen un alto contenido en grasas y colesterol. Es necesario que su uso sea controlado.
Al comerlos tu cuerpo obtendrá grandes beneficios.
Si ya te dio curiosidad y quieres entrarle a esta gran delicia aquí te diremos cómo cocerlos y prepararlos para que los incluyas en tu dieta.
Al igual que los huevos de gallina, los de codorniz se pueden preparar fritos, cocidos o a la plancha. Sin embargo, hay que tener en cuenta que al ser más pequeños los tiempos de cocción son más cortos y habrá que tener más cuidado.
Para comer cocidos, hay que hervirlos máximo de 4 a 5 minutos en agua caliente. Una vez listos hay que hacer un choque de temperatura con agua fría para evitar la molesta capa negra entre la clara y la yema. Esto hará que a su vez sea más sencillo pelarlos.
Al ser un alimento muy versátil, los huevos de codorniz pueden prepararse de muchas maneras, en los mercados las personas que se dedican a vender aguas frescas y jugos los preparan con jerez o con jugo de naranja.
Sin embargo, hay otras maneras de consumirlos. Aquí te dejamos dos recetas para que te atreves a probarlos.