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Agua tónica: qué es y cómo se hace el cuerpo del gin tonic

Por Érika Choperena

Hay varias bebidas que acompañan el alcohol transformándolo en cocteles que le dan sabor a nuestras fiestas. Podríamos pensar en refrescos, agua mineral, cerveza de jengibre, hasta agua tónica; pero te has preguntado ¿qué son realmente todos estos complementos que se conocen como mezcladores en el mundo de la mixología?

Para empezar, la cerveza de jengibre no es precisamente una cerveza, aunque hay países que la fabrican y aunque tiene graduación alcohólica, se trata más bien de una infusión gasificada.

Algo muy similar es el ginger ale al ser una combinación de los mismo ingredientes y utilizarse también para coctelería.

Sin embargo, hay un enigma en el grupo de los mezcladores: el agua tónica. Esta gaseosa amarga, ácida y dulce tiene otro origen y aunque es fundamental para nuestros gin tonics hay cosas que debes saber antes de beberla.

El agua tónica, una bebida muy peculiar

En pocas palabras podríamos describir el agua tónica como un refresco o una bebida carbonatada pero va mucho más allá de eso. Por su color es fácil de confundir con el agua mineral, sin embargo, son completamente distintas.

El agua mineral por lo general está embotellada desde su origen que son mantos de agua pura. En su composición hay calcio, sodio, potasio, cloruro y zinc. Todos estos minerales son fundamentales para una buena nutrición y aunque suena muy saludable no se salva de las contraindicaciones.

Otra diferencia es que el agua mineral no aporta calorías y no está indicada en exceso para personas con problemas renales e hipertensión por la presencia de sodio.

Por otro lado, el agua tónica tiene sus primeros registros a finales del siglo XIX y en sus orígenes se trató de una bebida mayormente con orientación medicinal por sus propiedades digestivas.

Aunque en la India ya la utilizaban, no fue hasta que se llevó a Occidente que decidieron mezclar la quinina, el ingrediente principal, con una bebida gaseosa.

agua tónica

El agua tónica -o quina, como también se conoce- tiene un pequeño inconveniente; en su forma de producción y con la finalidad de evitar el sabor extremadamente amargo se añade endulzante y ácido cítrico; esto hace que tenga al menos 37 calorías por cada 100 ml.

Estas calorías son puros carbohidratos, los cuales la convierten en una bebida poco recomendada para personas con diabetes o que llevan una dieta como la cetogénica. Efectivamente, casi las mismas que un refresco de cola.

Actualmente y por los efectos secundarios de la quinina, la producción comercial de este refresco fue regulada y solo se permiten 5 milésimas por parte para darle sabor.

Quinina, mucho más que un sabor

La quinina hace básicamente toda la magia en el agua tónica y es una sustancia que se extrae de la corteza del árbol quina. 

El primer uso que se le dio fue como medicamento en contra de la malaria. También se descubrieron sus propiedades como analgésico y antipirético, sí, era una gran ayudante en medicina.

Sin embargo, su uso comenzó a moderarse por los efectos secundarios que tenía al ingerirse tales como el cinconismo, el cual se traduce a una intoxicación por la sustancia y provoca déficit en la audición, edema pulmonar y defectos en recién nacidos de mujeres embarazadas.

Por otra parte, cuando se ingiere en dosis recomendadas, es una gran auxiliar para mejorar la digestión, evitar la retención de líquidos, tonificar el sistema nervioso y aliviar calambres.

Si lo piensas detenidamente, todo esto se encuentra en el vaso donde estás tomando tu gin tonic. Dicho sea de paso, se dice que esta mezcla surgió con la finalidad de restar el amargor que da la quinina.

agua tónica

Corteza de quina.

Receta

Si quieres hacer agua tónica en casa es posible, solo recuerda respetar las cantidades de quinina para que sea completamente inofensiva y solo le aporte sabor.

Además, si la preparas tú mismo podrás regular la cantidad de azúcar y hacer de este gusto uno menos culposo.

Ingredientes

  • 2 limones
  • 500 mililitros de agua
  • 1.5 litros de agua mineral
  • 2 cucharaditas de corteza de quina rebanada
  • 5 gramos de ácido cítrico
  • c/n de azúcar

Procedimiento

  1. Haz ralladura de limón. Colócala en una cacerola con la corteza, el agua natural, ácido cítrico y azúcar, pon a fuego alto hasta que hierva.
  2. Una vez hervido baja a fuego medio durante 20 minutos. 
  3. Apaga, deja reposar 15 minutos y filtra para eliminar corteza y ralladura.
  4. Mezcla con agua mineral y refrigera. Por ser natural quedará de un tono amarillento, es normal por lo que desprenden los ingredientes.