Con música caribeña, un estilo que hace sentir como si estuvieras de vacaciones y unos platos tan ricos que querrás más, Yemanyá llegó a la colonia Roma como un lugar increíble para comer pescados y mariscos.
Hace nueve años, Rodrigo Estrada abrió Agua y Sal que hoy es un auténtico homenaje a los mares de todas las latitudes del planeta.
Como una opción fresca y más informal llegó Yemanyá y aparentemente fue para quedarse en el corazón de todos aquellos que disfrutan probar cosas nuevas y pasarla a gusto.
Igual encuentras un ceviche peruano que un curry. Yemanyá -según nos cuenta el mismísimo Rodrigo, chef y socio del lugar- es el nombre de una diosa africana del océano que también se conoce en el Caribe y en los mares de Sudamérica.
La patrona de las aguas y de sus productos, la que conoce cada especie y convive con ella en un ecosistema perfectamente armonioso. Así también es el lugar que rinde tributo en la Roma.
Desde la entrada que remata con una barra que apetece para sentarse a tomar un coctel, se nota que aquí hay ganas de consentir. El servicio es bastante cuidado y la música -diseñada por la chef Gaby Ruiz– invita a no pararse nunca de ahí.
Se antoja también un día soleado en esa terraza con una copa de vino rosado y un tiradito de king kampachi para empezar. Es una preparación especial porque nos sabe a un otoño que irónicamente es atemporal.
Además del pescado, el ingrediente estrella es la calabaza mantequilla en varias presentaciones. La primera es una crema donde descansa cada pieza de kampachi. Para coronar, unas láminas deshidratadas y otros cubos más que se maceraron con especias.
Con ese mismo vinito rosado va muy bien el ceviche tatemado. Lo adornan cenizas de cebolla, aguacate pasado por la parrilla, chile cuaresmeño rojo y una leche de tigre muy equilibrada.
En el mar de treinta y cuatro platos que conforman el menú hay varias perlas que no necesariamente se esconden en ostras.
La primera la encontrarás algo enigmática al llegar a la mesa. En una campana de vidrio que delata humo dentro viene un camarón azul ahumado en frío que se lleva todos los aplausos. Lo acompaña una emulsión de aguacate, chile rayado y elotitos parrillados.
La segunda joya del menú corresponde a los mares lejanos del oriente. La pesca del día se viste de gala con un curry amarillo y lleva en un viaje express de vuelta al Caribe con un plátano dominico asado para dar el toque dulce.
Aunque podría ser más picante, es esa comida de confort que apapacha con solo percibir su aroma. En un bocado se encuentran los sabores a sal, dulce y un ligerísimo toque ácido que lo completa.
Para terminar el viaje en búsqueda de joyas marinas regresamos al caribe. La jaiba siempre ha sido uno de los mariscos consentidos y aquí la utilizan para recrear una receta tradicional venezolana: la arepa reina pepiada.
Aunque originalmente se prepara con pollo, utilizan a nuestro crustáceo favorito para mezclarlo con mayonesa casera, cebollita y cilantro. A mordiditas, comer pescados y mariscos sabe mejor y se disfruta más.
La hora del café -otro producto absolutamente tropical- también tiene cabida en Yemanyá. Las ganas de la sobremesa se satisfacen con un carajillo pero también con un buen postre que le haga compañía.
Yucoco es un bizcocho dulce de yuca -sin harina para que no haya pretexto- que está bañado de leche de coco. Se termina con un caramelo del mismo coco y está espectacular para maridar con un americano, un espresso o un vino blanco.
Aquí igual suena bachata que son cubano; quizás también un poco de salsa y vallenato. El ritmo tropical invita a que comer pescados y mariscos en Yemanyá sea un agasajo.
Dirección: Orizaba #154 col. Roma
Instagram: @yemanyamx