Hablar de la gastronomía del Medio Oriente es evocar a aromas especiados, sabores intensos e ingredientes muy especiales. Cada país en esta región tiene formas particulares de expresarse a través de la comida, sin embargo hay un postre que los une y se llama baklava.
Al mundo árabe lo caracteriza su clima cálido y sus zonas desérticas, hay algunas zonas áridas pero también es tierra fértil para muchos productos que le dan alma a sus platillos.
El territorio tiene todo que ver cuando hablamos de comida; el paisaje gastronómico en la cocina dulce árabe nos sabe dulce, a nueces y a trigo, los ingredientes principales dela baklava.
Hay variantes del nombre depende del idioma pero baklawa, baqlawa y baclava son lo mismo. Es el postre turco más conocido que se prepara con masa filo (phyllo), nueces o pistaches y almíbar.
Su historia se remonta a la antigua Mesopotamia y al surgimiento de las primeras civilizaciones, así de tradicional es. A pesar de esto, se cree que no fue hasta el siglo VII que fue preparada como se conoce ahora, es decir, con capas divididas por frutos secos.
Durante años fue considerado un postre solo para clases acomodadas, ahora todos pueden prepararlo y comerlo.
La columna vertebral de la baklava es la pasta filo, que significa hoja. Se forma con capas casi traslúcidas de masa de harina de trigo que dan una textura laminada muy fina, algo así como un hojaldre.
Su preparación consiste en varias capas de pasta filo barnizadas con mantequilla derretida a las que se les esparcen nueces, pistaches, ajonjolí u otros granos que se cubren con miel y más capas de masa repitiendo este procedimiento hasta lograr un grosor aproximado de tres centímetros.
El ingrediente secreto para una baklava bien hecha es el agua de rosas. Se utiliza para equilibrar la dulzura de la miel y dar un toque casero.
Una vez lista la preparación se hornea a unos 180° hasta que tome un color dorado y una textura crujiente. Por último se corta en diamantes y se baña con el mismo almíbar de miel y agua de rosas.
Se dice que el número de capas de masa filo son 33, haciendo referencia a los años de Cristo en la Tierra, aunque hay quien dice que son 40 capas por los días de ayuno. Cualquiera de las dos tiene un significado profundamente religioso.
Es tan tradicional que incluso en Antep, una ciudad en Turquía se le registró con denominación de origen por la comisión europea, específicamente la Antep Baklavasi o Baklava de Antep.
Se acostumbra acompañar con una taza de café turco o de té.
Este postre también es tradicional en el resto del Medio Oriente y tiene distintos nombres dependiendo de la zona en que se consuma, por ejemplo, dedos de Zainab, Balah el-Sham o Luqmat el-Qadi.
Sus estilos varían y aunque en algunos lugares solo es masa frita bañada con miel o jarabe en otros utilizan más ingredientes. En Líbano, por ejemplo, están rellenos de queso, nueces, cacahuates o pistaches.
Es un dulce hecho de sémola de trigo aunque se puede preparar con otros cereales como centeno o avena.
Esta harina se deja remojando en almíbar y se le añade comúnmente coco o nuez.
Como los otros postres, este también tiene un significado religioso, su traducción literal es madre de Alí y es más bien una postre de tradición egipcia.
Su base es pasta de hojaldre humedecida con leche en su preparación. Entre los ingredientes también están almendras, nueces, pistaches, coco, azúcar y vainilla.