Ese sabor y textura increíble de las milanesas, el crujir de una croqueta o el doradito de un pescado sólo se logra dominando el empanizado. Sí, es bastante sencillo pero te queremos echar una manita para que te quede perfecto.
Quizás empanizar tu comida sea un lujito gastronómico que definitivamente te recomendamos no hacer todos los días -por aquello de la salud y las grasas- pero ya que estás pecando, ¡hagámoslo bien!
¿Te quedan muy grasosas las milanesas? ¿Se desmorona la capa en el sartén? ¿No tiene buen sabor? ¡No te apures! Sólo asegúrate de que estés haciendo los siguientes tips:
Hay miles de formas de hacer el empanizado algo mucho más sabroso y adecuado para el tipo de producto que estás cocinando. Desde migajas de papas fritas hasta semillas, el pan molido es un lienzo en blanco para que hagas lo que más se te antoja.
En Nuevo Orléans, por ejemplo, preparan el pollo frito estilo cajun sazonando con pimienta cayena, azúcar, paprika, comino y ajo. Te damos la receta para que te quede espectacular.
Si le vas a la alimentación saludable, semillas como la quinoa, avena, ajonjolí o amaranto son buenas opciones para empanizar. Mira estas cinco alternativas y las formas más originales de utilizarlas.
¿Quieres algo más original? ¡Aprovecha los desperdicios de tu bolsa de papitas y agrégalos al pan molido! Te servirá para darle sabor a carnes, pollo y hasta pescado.
Cuando vayas a freír cosas dulces para un buen postre, servirá utilizar hojuelas de maíz o panko. Este último es el que se utiliza también en las brochetas japonesas.