Sabemos que el vaso rojo es de ley si de una buena fiesta se trata pero no por nada existen copas y vasos para cocteles específicos. Y no solo para bebidas preparadas, también para vino tinto, blanco y hasta jerez.
Cada una ha sido confeccionada para que tengas la mejor experiencia al beber tu destilado o licor.
¡Sí! Por ejemplo, un tallo más largo para que no lo calientes con tu mano o en forma redondeada para evitar que se evapore fácilmente y guarde el aroma.
¿Sorprendido? Ahora lo sabes, invertir poco a poco en esa cristalería sin duda te hará el anfitrión consentido.
El diseño es uno de lo más atractivo, tiene varias curvas y un tallo pequeño. Se utiliza para coctelería y permite lucir los adornos de la bebida. Su contenido puede ir de 400 a 650 ml.
El vaso que más verás en bares y que seguro tienes hasta en tu casa; es alargado y también se conoce como largo o tumbler. Es perfecto para servir bebidas con distintos líquido y mezclar.
Su capacidad varía de 200 a 300 ml.
En esta opción rompemos con la cristalería de las copas y vasos para cocteles porque los mixólogos han echado a volar su imaginación para preparar y sobre todo adornar distinto sus creaciones.
Hay todos los modelos que te puedas imaginar, desde lo más sencillo hasta lo más complejo.
El cobre conserva muy bien la temperatura por lo que el hielo durará más y de esta manera tu bebida no se diluirá.
Su capacidad también varía de acuerdo al modelo.
¿Quién no se ha tomado un shot de mezcal o tequila? Pues se toma en el famoso caballito y aunque hay distintos modelos ya sean alargados o cortos y de diferentes colores lo que sí es una constante es que son muy pequeños. ¡Y cómo no si te tomas el alcohol derecho.
Tienen una capacidad entre 1.5 y 2 oz.
Aunque los puristas beben mezcal en un vaso tipo veladora, es muy común también hacerlo en jícaras. Además de que son verdaderamente lindas, mantienen las notas aromáticas del destilado y previene que se caliente.
Es el vaso perfecto para bebidas en las rocas, es decir, sobre hielo. También se conoce como old fashioned o rock glass; es corto y con boquilla ancha, tiene una capacidad de 220 a 250 ml.
También se conoce como copa de coctel y es un diseño que hasta los bares que no se especializan en mixología deben tener.
Se llama así por que los martinis son los clientes más frecuentes aunque se puede usar para cocteles sencillos sin tanta cantidad de hielo y poca decoración.
Su capacidad es de 4 onzas y se toma del tallo.
No la confundas con la de champaña que más adelante te presentaremos. La diferencia entre ambas radica en que a pesar de tener una boca ancha ésta se estrecha al llegar al tallo formando una especie de vaso al fondo.
Es perfecta para los cocteles con hielo molido e ideal para escarchar la boquilla; se toma del tallo y su capacidad va de los 200 a 250 ml.
Tiene un diseño corto y con boquilla amplia que se ensancha a la mitad de su cuerpo. El tallo corto es para mantener a la mano cerca del líquido y así conservarlo templado.
El coñac y el brandy son los principales destilados que se sirven en esta copa pero cuando tienes una cata de tequila o mezcal también se puede servir acá.
Su capacidad varía bastante y puede ser desde unos 120 hasta los 600 mililitros
¿Te viene a la cabeza tu coctel de camarón de las marisquerías? Bueno pues su uso va más allá, ahora que los cocteles con ginebra han estado de moda esta copa es el hogar.
Por distintas razones es la favorita para los mixólogos; primero porque le cabe gran cantidad de hielo y además el gin usa ingredientes como frutos rojos, pepino o rodajas de cítricos que caben perfectamente.
Tiene un tallo largo y está muy abierta aunque acortada del cuerpo. Se utiliza para los espumosos aunque poco a poco ha sido desplazada por la copa flauta para conservar mejor la carbonatación del líquido.
Ahora es común verlas en cocteles con hielo molido como el daiqurí o las margaritas (aunque estás últimas tienen su propia copa).
Una copa alta y estilizada; actualmente se utiliza para servir champaña o vino espumoso porque su forma evita que las burbujas se escapen. Tiene una capacidad de 5oz y puede ir llena a más de la mitad.
Es una copa delgada similar a la de flauta pero más pequeña, se utiliza principalmente para los vinos de postre, jerez o los famosos digestivos. Tiene aproximadamente 3oz de capacidad y nunca se recomienda llenarla.
Tal vez la más común entre las copas y a pesar de que se puede confundir con la del vino blanco, esta tiene dos diferencias: la boquilla más amplia permitiendo que el vino respire y el tallo más corto. Tiene una capacidad de entre 5 y 10 oz.
Si tu presupuesto no es tan amplio, te recomendamos adquirir esta cristalería, ya que de acuerdo a las reglas de etiqueta en esta copa está permitido servir cualquier tipo de destilado o licor.
La copa de vino blanco es similar a la del tinto con la diferencia que tiene el tallo más largo. Esto es porque la temperatura del vino blanco debe ser más baja que la del tinto y el tallo largo evita que tu mano lo caliente.
Otra diferencia es que es un poco más cerrada y pequeña, con la intención de que se mantengan los aromas por más tiempo.