No hay forma de que no amemos Oaxaca con toda la gastronomía y tradiciones que le regalan al país. Por fortuna, ahora podemos conocer más de los Valles Centrales en un recorrido de comida tradicional en el barrio de Jalatlaco, muy cerca del centro de la ciudad.
Cocineras tradicionales, cenadurías y casas que abren sus puertas al turismo gastronómico, hacen de esta experiencia una de las mejores; no importa si eres un visitante asiduo o primerizo, cada parada te dejará boquiabierto con todo lo que conocerás.
Oaxaca Flavors fue un buen escenario para conocer estos tours en donde se resaltan las habilidades de las cocineras tradicionales. Si quieres visitarlas puedes hacerlo también por separado, aunque te perderás el recorrido de comida tradicional.
Doña Amalia descubrió su pasión desde los 10 años viendo a las mujeres de su familia preparar comida y venderla en el Mercado 20 de noviembre. No es para menos que sepa cocinar de todo, desde estofado -que por cierto es su platillo favorito- hasta pan.
Comer con ella es todo un festín; bate chocolate con el molinillo hasta deshacer las tablillas con agua o con leche, calientito y perfecto para una tarde lluviosa.
Sus hijas y su nieta ya le hacen segunda a Doña Amalia y la mayor es quien lleva un poco de ventaja.
A María Dolores la enseñaron a cocinar su madre y abuela desde que tenía 8 años y hacerlo hoy en día le recuerda sus experiencias con ambas, por lo que el sentimiento está flor de piel.
Una de sus especialidades es el mole amarillo, uno de los 7 tradicionales oaxaqueños. Lolita tiene una sazón única y tal vez por eso mismo no es celosa con sus recetas, las comparte y sus secretos también.
Para hacer este plato tradicional del estado utiliza chile amarillo, hoja santa, tomate verde, especias y ajo. Le hacen compañía perfecta sus tortillas de maíz hechas a mano.
Uno de los estandartes oaxaqueños son las tlayudas, definitivamente si no pruebas una buena no visitaste los Valles Centrales. Por fortuna, en la Cenaduría Vicky encuentras una de las mejores opciones cerca del centro de la ciudad.
Doña Antonia Navarro es la encargada y hasta ha aparecido en libros de cocineras tradicionales. Aunque sus tlayudas son maravillosas, tiene otro talento: ella prepara una bebida que llama cerveza de piña.
Es algo muy parecida al tepache: se deja fermentar la cáscara de piña y se agrega agua y piloncillo -o panela como lo conocen en Oaxaca-. El tiempo para que esté listo varía aunque ella recomienda por lo meno una semana.
Una vez listo Doña Antonia le agrega pulque. Sí, así se hace una bebida ligera pero con cuerpo, bastante completa, poco dulce y muy refrescante.
Su sobrina se ha encargado de las tlayudas y juntas han hecho equipo, a pesar de que antes ellas mismas hacían la tortilla ahora al vender decenas diarias ya no se dan abasto y recurren a otra cocinera para comprarlas.
Lo que hacen ellas y es el secreto de una buena tlayuda son los frijoles, se tienen que sazonar con manteca de cerdo y algunas especias. Las salsas también forman parte importante, todas las hacen ellas en metate y molcajete.
La casa de Doña Elo se convierte en un espacio tranquilo para comer, casi como en familia. Hay pocos asientos listos para los invitados y cuando no caben más se improvisan lugares afuera pero nadie se queda sin su taco.
Aquí se preparan cosas poco comunes y nos referimos a los tamales rellenos con una mezcla de leche y leche condensada con colorante rosa que gritan por una taza de café de olla o chocolate.
Doña Elo también tiene otros postres para consentir a los comensales ansiosos de conocer sabores nuevos.
Dos dulces hechos a base de garbanzo, ingrediente con el que está familiarizada por la forma de tratarlos. Remojar es el secreto del garbanzo, la leguminosa protagonista de las dos presentaciones de estos postres: en tortitas con miel y enteros con jugo de miel y piña.
Las rutas gastronómicas comunitarias en Jalatlaco incluye 12 casas en donde lo principal es hacerte sentir como en casa y te aseguramos que con alguna de las cocineras aprenderás algo nuevo, ya sea técnicas o sabores.