Te sorprenderá saber que este ingrediente con la que se preparan aguas frescas, dulces e incluso moles no es originario de nuestro país y ni siquiera de América. ¡¿Cómo?! Efectivamente, el tamarindo llegó con la Conquista pero rápidamente se adaptó a la cocina mexicana.
Al tamarindo lo comemos en dulce, esos envueltos en celofán donde viene mezclado con azúcar o chilito; se nos hace agua la boca cuando se acompaña de mango o pepino y pocas cosas se agradecen más que una agüita fresca para acompañar los tacos al pastor.
Pero si no es mexicano ¿de dónde viene? ¿Qué otras culturas lo utilizan? ¿cómo se puede cocinar con él? Aquí te lo platicamos todo.
Hay quienes apelan al origen del tamarindo en África, sin embargo fue en la India donde se comenzó a utilizar con fines gastronómicos.
No es una fruta, es más bien de la familia de las leguminosas, igual que el frijol y las habas. Una diferencia entre ellos es que crece en un árbol de clima tropical; otro punto distintivo es que las semillas no se comen sino que lo que aporta el delicioso toque acidito viene de la vaina seca.
Llegó a América en la época del virreinato con el Galeón de Manila y se adaptó muy bien al suelo de los estados de la zona del Pacífico, específicamente en el estado de Jalisco.
Actualmente, México es el cuarto mayor productor a nivel mundial después de la India, Costa Rica y Tailandia.
Para los indios es un ingrediente básico pues con él preparan una sopa de verduras con especias llamada Sambhar y el arroz pulihora. También producen una bebida fermentada parecida a la cerveza con tamarindo que para los amantes de las micheladas sería una maravilla en México.
En nuestro país se utiliza para muchas cosas. Hay una variedad de mole en donde es el protagonista; también se come en dulce con chile piquín y es una golosina que nunca falta en la niñez mexicana.
Es un buen ingrediente para mejorar el funcionamiento del aparato digestivo.
Los toques ácidos y dulces de esta vaina nos hacen salivar. Para acompañar fruta fresca o simplemente para comerlo solito, el tamarindo -aunque no endémico del territorio- ya forma parte de nuestra cultura gastronómica.
Por eso, aquí te dejamos una receta para recordar la niñez.
Para el dulce
Para cubrir