Tips para tener el cheesecake perfecto y una receta para preparar en casa
Por Paloma García Castillejos
Los que amamos el cheesecake sabemos que hay una línea muy delgada entre uno bueno y uno no tanto. Que si el sabor a huevo, que si el color, que quedó demasiado seco. Para preparar el pay de queso perfecto, te tenemos algunos tips y por supuesto, una receta para que los pongas en práctica.
Este postre es ideal para cualquier clima: apapachador en el frío y no tan empalagoso en el calor. El juego de texturas entre la costra de galletas, el relleno cremoso y una buena cobertura hacen que nos encante en cada bocado.
Prende el horno, prepárate un buen cafecito para maridar y pon atención a los tips que te tenemos para que tengas un postre de campeonato.
La manera más sencilla de hacer una costra es moliendo galletas y mezclarlas con mantequilla, un poquito de harina, azúcar y especias para dar sabor.
Al verter la costra en el molde, asegúrate que queda una capa uniforme y consistente. No dejes espacios sin llenar.
Antes de poner la mezcla del relleno sobre la costra, refrigera el molde para que la base quede consistente y crujiente.
El relleno
Aunque la receta tradicional utiliza queso crema, también puedes hacerlo con queso de cabra, alguna variedad madurada o incluso azul. La imaginación es el límite
La mayoría de las recetas de cheesecake llevan mucho huevo y tendemos a no batir lo suficiente, lo que da un sabor no tan agradable. Mezcla bien, dedícale tiempo y cariño. Entre más batas, más integrados quedarán los sabores.
Utiliza queso a temperatura ambiente. Si partes de queso frío, quedarán migajas apelmazadas que no se mezclen bien con el huevo.
Procura que la mezcla no quede demasiado dulce. De esta manera, podrás dejarte ir con la cobertura y contrastar los sabores mejor.
Agrega un poco de harina para darle consistencia al relleno.
¡Hora de hornear!
El horno no debe superar los 180°C; la masa tarda en cocinarse y a una temperatura mayor sólo lograras bases quemadas con rellenos crudos.
Prepara un baño maría en el horno y dentro de él mete el molde de tu cheesecake. El vapor ayuda a la consistencia y a la textura.
¡No abras el horno! El choque de temperaturas hará que no crezca parejo.
Es muy común que el pastel se agriete en el horno. Para revertir esto, pasa un cuchillo por agua hirviendo y aplana la superficie.
Cuando esté listo, apaga el horno y deja que el cheesecake se enfríe dentro. Dale tiempo antes de poner la cobertura.
Sabores para la cobertura
Una enorme ventaja de los cheesecakes es que saben bien de todas las formas: sin relleno, con mermelada, chocolate, caramelo o crema de café. ¿De qué se te antoja? Todo es posible.
Manos a la obra: receta de cheesecake
Ingredientes
Para la base
15 galletas de vainilla
2 cucharadas de mantequilla derretida
1 pizca de sal
1 cucharadita de azúcar
Para el relleno
285 gramos de queso crema (un paquete y medio)
⅓ de azúcar
1 cucharadita de fécula de maíz
2 cucharadas de jugo de limón
½ cucharadita de extracto de vainilla
2 huevos
Procedimiento
Precalentar el horno a 180°C y poner una charola con agua.
Hacer la base: moler las galletas y mezclar con la mantequilla, la sal y el azúcar.
Engrasar un molde y esparcir la base presionando la mezcla sin dejar espacios vacíos. Refrigerar.
Hacer el relleno: acremar el queso con el azúcar hasta que quede una mezcla homogénea.
Agregar los huevos uno a uno hasta que la mezcla tome un color pálido. Agregar la fécula de maíz, el jugo de limón y la esencia de vainilla.
Servir la mezcla en el molde y hornear a baño maría por 40 minutos.