No sólo de platillos salados se compone una buena comida. Cada país tiene postres icónicos que le dan identidad a su gastronomía y no hay mejor forma de conocer las tradiciones que probando sus sabores.
Mira este tour culinario que hicimos para endulzarte el día con los postres más populares del mundo.
Aceptémoslo, no podemos vivir sin consentirnos con algún postre, incluso si no hemos comido en forma. Es imposible resistirse a un desbordante pastel de chocolate, o al crujir de unos buenos churros cubiertos de azúcar y canela.
Seguramente, muchos de tus favoritos son emblemáticos de su país de origen, entonces es el pretexto perfecto para que comiences a ahorrar para ir a probar las versiones originales.
No hay mayor placer que tomar tu cuchara y romper esa capa de azúcar caramelizada para tener uno de los postres más famosos del mundo. Cada bocado es perfecto cuando tiene algo de ese crujir y la crema de vainilla.
Generalmente se elabora sólo con crema para batir aunque la receta original francesa incluye yemas de huevo y vainilla cocinado lentamente a baño maría.
Hay interpretaciones de esta delicia en cada rincón del mundo; la conocen como crema catalana, natilla e incluso es pariente de las jericallas tapatías.
Las cremosas capas de queso mascarpone entre galletas hidratadas en café y poco de cacao hacen de este, uno de los consentidos en Italia.
Lo mejor de este postre es que no es demasiado dulce: el queso aporta unas ligeras notas ácidas que se equilibran con muy poca azúcar; es el acompañamiento perfecto para un buen espresso italiano.
Capas de pasta phyllo, mantequilla, miel, agua de rosas y frutos secos dan identidad a todo el Medio Oriente, específicamente a Turquía.
Se trata de pequeños cuadritos cortados en forma de diamante muy dulces que acompañan perfecto un buen té o un café turco.
Con una sencilla lista de ingredientes y miles de variaciones, es uno de los postres consentidos del mundo.
Los macarrones son más antiguos y tienen más historia que muchos de los postres que consumimos actualmente. Se relacionan con Catalina de Medici, una noble italiana que se casó con Enrique II de Francia en el Renacimiento.
Aunque la receta ha evolucionado con el paso de los años, permanece la esencia de ser un merengue enriquecido con harina de almendra.
Con la habilidad de un repostero, esta masa se prepara con mucha cautela y sedeja secar para que quede con su característica forma. Finalmente, se rellena con crema de sabores, compotas o chocolate.
Aunque no lo creas, los churros son un postre tradicional del sur de España que llegó a México con la conquista.
Sin embargo, se volvieron realmente famosos en la primera mitad del siglo XX cuando un carrito comenzó a venderlos en el Zócalo capitalino por un inmigrante apodado “El Moro”.
Masa de harina de trigo en fritura profunda para hacerlo crujientito, azúcar, canela y en algunos casos hasta cajeta o leche condensada. ¿Qué más podemos pedir? Bueno, quizás un chocolate para hacerle compañía.
Uno de los postres estadounidenses más famosos en el mundo entero tiene su lugar de origen en la Gran Manzana. Y no podemos estar hablando de otro más que del pay de queso: cremoso, alto, ácido, dulce… perfecto.
La fiebre del pay de queso ha roto fronteras y tiene parientes por todos lados. El secreto está en equilibrar las texturas y los sabores para tener un postre delicioso: base de galleta, relleno cremoso y frutas para coronar.
Un auténtico cheesecake estilo Nueva York no debe saber demasiado a huevo y la cocción debe ser lenta. Hay variaciones según el tipo de queso aunque el tradicional se prepara con queso crema.
Anna Pavlova fue una bailarina rusa que inspiró a los reposteros neozelandeses y australianos a preparar un postre en su honor.
Es un postre tan sencillo que resulta complejo: merengue crujiente cocido a baja temperatura acompañado de crema montada, frutas y compota.
Aunque la favorita es la versión con moras, prepararla con mango, kiwi o diferentes frutas tropicales (que tengan cierto grado de acidez) da un final espléndido a tu comida.
Un sándwich de galletas tan suaves que se deshacen en la boca, relleno de dulce de leche y azúcar glass espolvoreada no podía venir de otro lado que no fuera Sudamérica.
Aunque hay varias interpretaciones en Perú, Uruguay y Chile, los argentinos se han colocado como los reyes del alfajor.
Si eres más goloso, también puedes encontrar variedades cubiertas de chocolate, con coco rallado o incluso una versión de la región de Santa Fe que sustituye la pasta de galletas por masa de hojaldre. ¡Una delicia!
Pasteles de chocolate hay muchos alrededor del globo, pero son pocos los que se han vuelto auténticas leyendas de su país de origen.
Resulta que el sachertorte es una receta secreta -a voces- que hace homenaje a uno de los ingredientes favoritos del mundo: el cacao.
Austria es el hogar del Sachertorte y su historia tiene muchas interpretaciones. Lo que sí es una verdad es que el lugar donde se inventó sigue en pie desde el siglo XIX y lleva el nombre del postre: Hotel Sacher. Hay uno en Viena y otro en Salzburgo, puedes deleitarte con esta y otras delicias en cualquiera de los dos.
Es un bizcocho de chocolate amargo que se rellena y baña con compota de chabacano para después coronarse con cobertura de chocolate.
La discusión de quién inventó el helado se ha polarizado entre China e Italia; incluso hay otros países que claman ser los padres de uno de los postres más socorridos del mundo. Pero la realidad es que no hay nada como un gelato italiano.
Lo que hace peculiar a este postre contra cualquier otro helado es su preparación. Mientras que los demás se preparan con crema, éste es pura leche, lo cual baja sus cantidades de grasa. Sin embargo, la consistencia es cremosa y más densa por la forma en la que se bate.
Tartas de manzana hay en todo el mundo pero hay una que se robó nuestro corazón. La masa delgada que forma un brazo y guarda una compota dulce, especiada y llena de frutas es originaria de Alemania.
Según la técnica tradicional, un buen strudel de manzana debe tener una capa de masa tan delgada que se pueda leer el periódico a través de ella. El relleno se prepara con manzana, nuez, pasas, azúcar, clavo y canela.
¿Creíste que en Japón todo se trata de pescado? Pues no, los postres se escapan a los productos de mar pero no a otro de sus ingredientes emblemáticos: el arroz.
Los mochis son pequeñas bolitas de pasta de arroz rellenas de diferentes preparaciones como fruta, helado, crema o chocolate.
La consistencia es bastante gomosa y difícil de entender a la primera, sin embargo, sigue comiéndolo, se vuelve adictivo.
Tailandia es otro lugar donde el arroz es un ingrediente principal. Aquí lo preparan con leche de coco y azúcar para después coronarlo con mango fresco.
Este es uno de los platos más tradicionales de Bangkok; puedes encontrarlo tanto en puestos callejeros como en restaurantes de estrellas Michelin.
Son tan queridos que ya se volvieron un clásico para el desayuno y no hay nada como la receta original de los waffles belgas.
un bizcocho calientito y lleno de cuadros que guardan perfecto la cubierta que desees poner encima: desde simple azúcar glass hasta crema, helado, chochitos de colores o chocolate.
Unas bolitas de leche frita aromatizada con agua de rosas y bañada con miel son el postre más emblemático de la India.
Hay varios detalles que hacen la diferencia a la hora de preparar gulab jumub. La primera es dejar reducir la leche (ya sea de búfalo o de vaca); se debe freír en mantequilla clarificada y la aromatización debe ser con agua de rosas y especias.
Aunque es tradicional de la península de Bengala, muchas historias cuentan que su verdadero origen es en Persia. Puedes encontrar diferentes variedades en otros países y latitudes de Asia.
Chocolate en toda la expresión de la palabra, así es un buen brownie. No podrías creer que su preparación fue un error; la leyenda cuenta que un cocinero estadounidense olvidó agregar polvo de hornear a la preparación de su bizcocho.
El resultado fue increíble: una masa un tanto apelmazada (que sabe mejor sin estar cocida de todo), nueces y mucho chocolate.
La mejor manera de disfrutarlo es calientito y acompañado de una bola de helado de vainilla. Después de eso tendrás felicidad inmediata.
Un disco hecho de masa de harina de trigo que puede ser el punto medio entre una crepa y un hot cake. Los blinis, aunque no solo se utilizan para postres, son uno de los productos consentidos para endulzar a todo Rusia.
La mejor manera de probarlos es rellenándolos de queso crema suavizado y compota de moras azules.
¿Ya es hora de té? Pues te recomendamos acompañarlo con unos buenos scones, que para eso se inventaron. No son galletas ni son muffins pero son un puente entre ambos. La masa es algo densa pero no debe ser demasiado seca en el interior.
Se preparan tradicionalmente con frutas y chocolate aunque puedes encontrar cualquier sabor que se te antoje. La idea es que, como buen antojo británico, acompañe tu bebida por las tardes -o a cualquier hora-.
Te recomendamos comerlos calientitos para que la cremosidad de la mantequilla haga lo suyo y estén aún mejores.
Un buen flan es como un abrazo de nuestras abuelas. La cremosidad que resulta de mezclar huevo con azúcar, leche y crema es indescriptible y sólo nos transmite cariño.
Lo mejor viene en la parte superior: un caramelo que remata y nos hace ver fuegos artificiales.
Es tradicional de todo Latinoamérica pero a nosotros nos encanta el que se prepara en México. Para añadirle sabor se suele agregar vainilla, cajeta o incluso rompope.
Un pequeñito pastel que al introducir la cuchara hace que se desborde mucho chocolate y con él, toda nuestra emoción. Aunque hay quien dice que se creó en Estados Unidos, la versión más asertiva dice que fue en Francia.
Es todo un arte prepararlo y no se vale hacer trampa. La masa debe quedar a media cocción pero a la temperatura exacta para que no sepa a harina.
Tampoco se vale hacer un pastel cualquiera e inyectarlo de líquido o meter ganache porque el resultado no es el mismo.
La mejor manera de disfrutarlo es con una bola de helado y ganache de chocolate para bañarlo.