Con dejos a brisa de mar de Acapulco, Zibu Allende abrió sus puertas en el Hotel Aqua de San Miguel. Este restaurante pone en valor la gastronomía local con toques contemporáneos e internacionales como sólo lo sabe hacer el chef Eduardo Palazuelos.
El restaurante no sólo es un halago al paladar: atrae en todos los sentidos. Desde la llegada, te recibe una terraza con un servicio tan cálido que uno podría quedarse a vivir ahí y ser feliz para siempre.
En un menú muy a su estilo -que tiende a la comida del mar y la fusión asiática- integra elementos que abrazan la cultura sanmiguelense.
Productos de proximidad como el garambullo y la carne de Jaral de Berrio componen la carta, pero también pescados de las costas de Guerrero e ingredientes asiáticos. Aquí hay de todo y para todos.
Siéntate cómodamente en la terraza, pide un coctel de aperitivo y prepárate para un menú de campeones. Todo el equipo de servicio -encabezado por Elihu y Luis- está ahí para hacerte sentir en casa.
Te recomendamos pedir el trago hecho a base de mezcal, jamaica, garambullo, esencia de lavanda y naranja deshidratada. Además de fresco, es un primer acercamiento a los ingredientes locales.
Es un poco abrumador ver tantas delicias pero todo es garantía. Si necesitas orientación te recomendamos que arranques con un taquito de jaiba suave.
En la mente del chef Lalo, un buen taco nunca va a cerrar y así de abundante es este. El cangrejo está rebozado junto con unas verduritas para hacer una textura crujiente que deja la suavidad para el centro.
Otra muy buena opción, en caso de que seas carnívoro, es el paiko de res. Unos medallones delgaditos se marinan en soya con cítricos y aceite de trufa. Los acompañan verduras en juliana para darle el toque crujiente.
El fuerte de Palazuelos en todos sus restaurantes y eventos sin duda es el producto de mar y los ceviches son la estrella. No dejes de probar la ola de aguacate, la presentación original de uno de los mejores platos del restaurante.
Se trata de una especie de taco hecho con láminas de aguacate que viene relleno de ceviche de atún aleta amarilla perfectamente sazonado. Eso no es todo, para completar la paleta de sabores viene con manzana verde y sandía.
El toque crujiente lo dan unas lágrimas de témpura y la parte picante es por parte de la mayonesa de chipotle. Una explosión de sabores en armonía que resultaría difícil equilibrar sin la experiencia del chef Dani, jefe de cocina.
Al elegir el platillo principal quizás te encuentres en la misma encrucijada que con los primeros. Todo se ve tan apetitoso que de verdad cuesta trabajo decidir.
Nosotros somos de buen diente y nos gustan todo tipo de ingredientes; para perfiles como el nuestro tienen el plato ideal, ese que mezcla lo mejor del mar y de la tierra.
Estamos hablando de un tuétano que viene coronado con pulpo a las brasas y si así lo prefieres, también puede llevar Rib Eye. Está en el punto perfecto en el que todos los sabores -muy protagonistas- tienen su brillo particular.
Para opciones más ligeras te sugerimos el pescado fusión: siempre utilizan pesca del día que envuelven en hoja de plátano. Para completar, lo sazonan con jitomate, chile de árbol y cilantro.
¿Más carne? entonces no te pierdas el cordero de Jaral de Berrio. La receta tradicional aromatizada con menta tiene un giro muy original al estar sazonada con salsa de soya.
Llegamos al final del menú muy satisfechos y casi sin espacio para el postre. Asegúrate de que no te suceda para que lo disfrutes mucho porque el soufflé de chocolate vaya que lo merece.
El montaje es muy especial: viene en un molcajete y acompañado de helado de pistache y un par de moras.
La recomendación de Luis, el capitán, es cucharearlo y agregar el helado inmediatamente para mezclar los sabores mejor.
Un intenso sabor a mantequilla y chocolate son la mejor excusa para hacerte de un cafecito o un digestivo. Después de eso, ¡que alguien nos lleve en hombros a nuestras habitaciones, por favor!
Eduardo Wichtendahl Palazuelos sigue una línea de tradición gastronómica que no puede desembocar en algo que no sea éxito. Con su madre, Susana como mentora, Lalo tiene hasta la fecha dos restaurantes en Acapulco, uno en Monterrey y esta joya en San Miguel.
Además de eso, es uno de los promotores de la cocina mexicana en el mundo al formar parte del Conservatorio de Cultura Gastronómica de México.
Por si no fuera suficiente, su empresa de banquetes sirve eventos de talla internacional como el World Golf Championship, un espacio donde hace brillar ingredientes endémicos a los mejores golfistas del mundo.
Con la escasez de productos de mar frescos y del día, Lalo se esmera en que los platillos en Zibu Allende sobresalgan del promedio: los mejores pescados y mariscos de la región los vas a encontrar aquí.