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¿De verdad vale la pena gastar más en alimentos orgánicos?

Por Animal Gourmet

Algunas personas piensan que los alimentos orgánicos, por el simple hecho de serlo, son más nutritivos y saludables que los que encontramos en el mercado. Es verdad que tienen un proceso distinto y varias características a los industrializados pero ¿de verdad cumplen con su promesa de venta?

Por otro lado, otros piensan que es un concepto sobrevalorado que no justifica la diferencia en en precio. ¿Cuál es la postura correcta? ¿Sí conviene gastar tanto en productos orgánicos?

Hacer las compras es un hábito al cual le ponemos mucha menos atención de la que necesita.

Entendemos que es tedioso leer las etiquetas y elegir lo mejor para nosotros; sumado a esto, es difícil juzgar al pensar en qué gastamos nuestro dinero. Por este motivo, queremos orientarte para que no te den gato por liebre y verdaderamente comas bien.

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El verdadero significado de lo orgánico

Un problema al hablar de productos orgánicos es que no nos ponemos de acuerdo con una definición universal. A primera vista, podríamos asegurar que todos los insumos que provienen de la naturaleza lo son, pero en los últimos años la cosa se ha vuelto más compleja.

‘Orgánico’ es un término que se comenzó a emplear a principios de los años 2000. La intención era diferenciar a todos esos insumos que se producen sin ningún aditivo químico en sí mismo ni en el entorno en el que se desarrolla.

En México, la SADER regula todo lo que tenga que ver con esta denominación por medio de la Ley de Productos Orgánicos. De ésta podemos concluir varias cosas:

  • Cualquier cosa que quiera ser orgánica deberá ser procesada conforme a las especificaciones de la ley. Entre ellas, no debe utilizar químicos en ningún momento de la cadena productiva.
  • No deben ser genéticamente modificados y necesitan responder al ecosistema en el que se desarrollen.
  • Para que un alimento pueda ser llamado “orgánico” se necesita que un organismo autorizado certifique el producto final y las condiciones de industralización.
  • Estén etiquetados como tal con un sello de autorización de la secretaría.

¿Qué pasa con las buenas prácticas que no están certificadas?

alimentos orgánicos

Lo sentimos muchísimo, pero algunos procedimientos que le dan mayor calidad a los insumos no son considerados orgánicos si no tienen sello.

¡Alto! Eso no quiere decir que no sean saludables -y en algunos casos más- que los productos orgánicos.

Aquí surge el primer problema: puedes conseguir muchos productos sin certificación que son más saludables y menos dañinas que lo que está catalogado como orgánico.

La pureza de la tierra, la rotación de cultivos y la alimentación de libre pastoreo del ganado son algunas de las prácticas que vuelven un insumo que no es orgánico en saludable.

No te preocupes. Realizar cualquiera de esto implica una inversión que los productores seguramente te van a hacer saber aún sin ser considerado orgánico.

El fin último de la agricultura y ganadería orgánica es trabajar en conjunto con ecosistemas naturales para generar productos verdaderamente nutritivos; al mismo tiempo plantea preservar los recursos naturales y tener sistemas alimentarios sustentables.

¿Es más saludable consumir orgánico?

Esta es quizás, una de las preguntas más difíciles de contestar en la alimentación contemporánea. Es un tema que está tan lleno de variables que incluso podría estudiarse caso por caso.

En términos de exposición a pesticidas, sabemos que la mayoría de los vegetales se contaminan con ellos o sus residuos.

También sabemos que muchos de ellos (como el controvertido glisofato) están relacionados con enfermedades graves como el cáncer y los desórdenes neurológicos.

En el caso de la carne, el problema lo generan las hormonas añadidas como el clembuterol. Además de esto, la industrialización ha creado sistemas de alimentación nociva para el ganado.

El problema al medir el impacto de estos químicos es la dificultad de medirlos entre todas las sustancias a las que estamos expuestos.

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¿Qué hay de la cantidad de nutrientes en los orgánicos y la diferencia con los no orgánicos?

Mientras los orgánicos reducen la exposición a pesticidas, no existe ningún dato que confirme que son más nutritivos.

Algo importante es que, al defender el ecosistema natural de los productos pueden generar nutrientes de forma más sencilla.

Se ha comprobado que hay ingredientes (como la leche) que al ser orgánicos tiene mayor nivel de ácidos grasos buenos para el cuerpo que los convencionales.

¿Las repercusiones a la salud? Mientras los científicos buscan las características de los alimentos y su territorio, los médicos hacen lo suyo.

Un estudio realizado en Francia descubrió, en una muestra de 70,000 personas, que comer productos orgánicos tiene menor relación con el riesgo a padecer cáncer.

Las conclusiones de los alimentos orgánicos

No hay una evidencia rotunda que concluya el beneficio a la salud de los productos orgánicos; sin embargo, evadir químicos y pesticidas siempre va a justificar ese gastito extra en tu compra semanal.

Si no puedes siempre optar por el ingrediente orgánico -que generalmente es más caro- haz un juicio de valor de tus productos en el carrito.

Te recomendamos evitar productos cárnicos que sean demasiado industrializados: a la mayoría de los animales los someten a hormonas y alimentos de muy baja calidad para llegar al peso deseado.

Si estás embarazada o tienes hijos, sí que hará una diferencia comer alimentos libres de químicos. Esto los protegerá de desarrollar problemas neuronales y cardiovasculares.

Si no quieres invertir en comida orgánica, te recomendamos comprar directo del productor o en centros de consumo donde puedas tener trazabilidad de dónde viene lo que estás llevándote a la boca.

Recuerda que entre menos intermediarios haya entre tus alimentos y tú, más saludable y sustentable será tu comida.