Es momento de replantear los sistemas alimentarios para hacer ambientes más saludables y sustentables. Hace unos años comenzó en Sonora el proyecto de regeneración de pastizales en el Rancho La Inmaculada. Hoy incluso integra a las comunidades locales y apoya a su desarrollo mediante la agricultura y la ganadería.
La idea central es evitar la desertificación que causa el cambio climático y hacer suelos fértiles y productivos, donde los campesinos tengan calidad de vida.
La materia prima que resulta de este proyecto es de primera calidad. El enfoque principal es tener mejores métodos de ganadería para que cause menor impacto ambiental sin perjudicar la carne.
Productores y ganaderos se unen para regenerar los pastizales, mejorar la productividad de la tierra y hacer más digna la vida en el campo.
Hace 40 años, Iván Aurelio Aguirre Ibarra decidió dar un giro a su formación como economista cuando escuchó de la ecología integral y de regeneración. Aplicó este método en sus tierras y trasladó a su familia a vivir a un ambiente rural en Pitiquito, Sonora para comprobar su eficacia.
Después decidió capacitar a productores locales interesados en que sus cosechas fueran 100 por ciento orgánicas; otra idea era integrar al ganado como parte de la solución y no del problema de desertificación de las tierras.
Así, Rancho La Inmaculada se orientó a la regeneración de los suelos para evitar la desertificación. Los medios fueron las buenas prácticas ganaderas y de cultivo con una visión integral del ecosistema y la comunidad.
Su modelo es holístico, porque trata cada elemento como parte de un gran sistema.
Considera muchos factores como el aumento de la productividad de las tierras, la regeneración de suelos y la filtración del agua de lluvia.
Busca sustentabilidad con el incremento de la cubierta vegetal, la captura del CO2 atmosférico y el aumento de la biodiversidad. Socialmente, también tiene sus beneficios al ser una gran fuente de empleos.
“Cuando conocimos el movimiento ecológico de Allan Savory, nos acoplamos a su equipo y empezamos a hacer prácticas en los ranchos. Ahora tenemos más de 15 años en el circuito de consultores y la propuesta está rindiendo grandes resultados”.
Iván Aurelio Aguirre, fundador de Rancho La Inmaculada.
Allan Savory es el ecologista que a través de Savory Institute creó el concepto de agricultura holística.
Esta forma de cultivar y tratar la tierra hace uso del pensamiento sistémico para gestionar los recursos naturales.
De esta forma no sólo se puede revertir el cambio climático y rescatar la biodiversidad, sino también combatir la pobreza, la migración y la violencia.
Hace aproximadamente cinco años se presentó el proyecto a la Coordinación General de Ganadería de Sagarpa (ahora Sader) y creyeron en él.
Han pasado cinco años de colaboración con el sector ganadero de la mano con el poder Ejecutivo Federal; el objetivo ha sido capacitar a agricultores y a otros ranchos en la agricultura holística”
El trabajo implica mucho más que la ganadería. También se trabaja con bienes estratégicos como el agua, los suelos, la diversidad de vida y la repoblación de las comunidades.
De esta manera, el ganado doméstico sirve también y se está utiilizando como herramienta para influir en el proceso ecosistémico.
Se orienta a los productores para que desarrollen sus capacidades. Los principales elementos a considerar son el mismo productor -al que empodera- y las buenas prácticas con el fin de revertir el proceso de desertificación.
“Ayudamos a los productores, e incluso a académicos con posgrados, a que humildemente aprendamos a mejorar el potencial de los ranchos en México”.
Ivan Aurelio Aguirre, fundador de Racho La Inmaculada
Una de las tareas más desafiantes a las que se ha enfrentado Iván Aurelio y todo su equipo ha sido llevar a la práctica las metodologías de regeneración de suelo.
Rancho La Inmaculada se enfocó en combatir el proceso de desertificación, que es el desgaste que sufre la tierra al ser un recurso en deterioro.
Este proceso afecta siembras y ganadería, aumentando el costo, por la necesidad de usar fertilizantes externos y recursos que la lleven a ser productiva por más tiempo.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el proceso de desertificación de la tierra tiene un costo anual de 40 mil millones de dólares a nivel global.
“Revertir el proceso de desertificación del suelo convenció a los escépticos que encontramos en los ochenta y los noventa; incluso hemos abierto brecha en el gremio académico, que también ya están tomando las capacitaciones que otorgamos”.
Iván Aurelio Aguirre, fundador de Rancho La Inmaculada.
Llevar mayor diversidad a otros ranchos y crear mejores oportunidades de trabajo.
Ahora 70 productores de Sonora están siendo capacitados en el proceso de regeneración de suelos. Ponemos énfasis en que la salud del suelo es reflejo de quienes toman decisiones sobre esas tierras”.
Este texto forma parte de la publicación “¿Cómo transformar los sistemas alimentarios? Casos de inspiración y propuestas para mejorar lo que comemos” de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas y Proyecto La Guajolota, disponible en ethos.org.mx