Cuando hablamos de vinos españoles, lo más común es pensar en la Rioja o la Ribera del Duero. Sin embargo, la PenÃnsula Ibérica tiene más de 70 denominaciones de origen, todas con unas caracterÃsticas muy particulares. Cataluña es una de las comunidades autónomas con más tradición y calidad vitivinÃcola.
La tradición de producir vino en esta zona es heredada de los griegos, quienes llegaron por el Mediterráneo a cultivar vides. Desde entonces hasta hoy, puedes reconocer un vino catalán por su elegancia y el cuidado con el que se elaboró.
En esta región se producen todo tipo de vinos: tintos, blancos, rosados, generosos y hasta espumosos. Garnacha, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Shiraz son algunas de las variedades de uva que encontrarás, aunque hay más de 55 especies endémicas.
Es la tierra del cava, un espumoso hecho con los mismos procedimientos que se emplean en la región de Champagne, pero con personalidad propia que le aportan los suelos y el clima de aquélla región española asà como las variedades de uva empleadas para su elaboración.
Los mejores enólogos reconocen dos puntos clave para darle valor a cada vino: el paisaje y las personas. Paisaje integra el suelo, el clima y las condiciones geográficas donde crecen las vides; las personas hacen el vino, integran la cultura y la personalidad de cada sociedad.
ImagÃnate que el 25% del vino producido en todo España proviene de Cataluña. El volumen es muy alto para la cantidad de tierra, sin embargo, no escatiman en calidad.
Una de las casas productoras de vino más importantes del mundo produce sus mejores caldos en esta comunidad autónoma.
La familia Torres se ha dedicado a elegir los mejores terrenos y seleccionar las varietales catalanas para producir varios de sus vinos premium.
Existen 11 regiones productoras de vino en Cataluña, entre las que destacan el Priorato y Penedés. En la primera sobresalen los vinos tintos y en la segunda los espumosos denominados como cava.
En el Priorato existe la pecularidad de que las vides se siembran en terrazas, es decir, de forma escalonada en los montes. Esto permite que el agua se absorba en el suelo y sea mejor su distribución.
El Penedés es más llano y su suelo, por ser arcilloso, tendrá mucha capacidad de retener el agua. Las mejores uvas se dan en parcelas donde no hay riego y se atienen al clima.
Por este motivo, es importante que se mantenga húmeda la tierra durante todo el periodo que lo necesite la planta.
La mayorÃa del cava se produce en la parte denominada Alt Penedés, como es el caso de la casa Segura Viudas y Codorniu; eso le da carácter a la uva y permite que la concentración de azúcares sea la adecuada. Para este espumoso se utilizan tanto tintas como blancas.
Existe una zona en la parte alta de los Montes Pirineos -muy cerca ya de Francia y de Andorra- donde se cultivan uvas para hacer espumosos con el mismo método del cava pero sin denominación de origen. Tal es el caso del vino Vardon Kennett que tuvo su primera añada y es una variedad premium.
Para saber qué vas a encontrar al catar un vino es importante tener en cuenta algunos factores como el suelo, el clima, el tiempo que pasó en barrica y las caracterÃsticas de la uva.
Catamos cinco variedades que pueden orientarte a saber qué encontrar cuando descorches vinos de Cataluña:
Este vino se hace en una región llamada Conca de Barberá, justo a un lado del Priorato.
Por el suelo arcilloso y capaz de absorber agua, es un vino bastante fresco y no percibirás muchas notas dulces.
Al probarlo notarás, de forma muy tenue, algunas notas lácteas y pan, por lo que va muy bien al maridarlo con hogazas de masa madre, mantequilla y frutas dulces como el durazno.
Nos gusta para acompañar pescados blancos como el robalo o el kampachi. También va muy bien con camarones.
Si lo que quieres es utilizarlo para acompañar postres te recomendamos algo que sea cremoso pero no demasiado dulce: una crema inglesa o pastelera con vainilla se nos antoja para que empate con el aroma que percibes de las flores blancas.
Este es un tinto del Penedés que nunca creerÃas que tiene un reposo en barrica de 18 meses.
Es astringente y tiene los taninos muy marcados, sin embargo, la acidez entra a jugar de punto de equilibrio.
Notarás que se queda mucho tiempo en el retrogusto y que recuerda a especias como el comino o la canela.
Si vas a utilizarlo para maridar, lo mejor será una carne magra y una salsa con vegetales (se nos antojan hongos) aunque también queda bien acompañando una rebanada de pan con tomate y jamón curado.
Este vino tinto tiene la peculiaridad de estar hecho con varietales que existen desde hace milenios en el territorio. En Cataluña se han encontrado más de 50 especies de uvas endémicas y se rescataron algunas para hacer este vino.
Aunque pasó 18 meses en barrica, el sabor es bastante elegante: no vas a notar mucha astringencia ni lo rasposo de la madera sino algo mucho más parecido al caramelo.
Se nos antoja para acompañar quesos como el brie o el roquefort, incluso si lo acompañas de cebollitas caramelizadas.
Por el nivel de acidez, también puedes maridar con alimentos ácidos como un pan de masa madre, quesos cremosos y una compota de fresa.
Para hacerle justicia a la frescura se nos ocurre una ensalada caprese: la acidez del tomate, la cremosidad del mozzarella y las notas de la albahaca van muy bien con este vino.
La palabra que define a este vino del Priorato es ‘elegante’. Notas perfecto el tiempo que pasó en la barrica pero también percibes las cualidades de la uva.
El aroma es más cercano al cuero que a la madera y tiene algunas notas a frutas negras como la ciruela. La astringencia es baja pero los taninos están presentes.
Se nos antoja maridar este vino con chiles dulces como el pasilla o el ancho. Otra idea es con cortes de carne y su correspondiente jugo.
Los pescados grasos le van bien. Un gravlax de salmón o un atún sellado son buenas opciones si lo tuyo es el producto de mar.
Este espumoso no es cava pero sólamente porque no está producido donde alcanza la denominación de origen.
Todo el procedimiento es igual y las uvas son las mismas; la diferencia es que son cultivadas en la parte alta de los Montes Pirineos, haciendo que las azúcares estén más controladas en esta versión.
Cuando acerques la copa a tu nariz lo primero que va a llegar son notas muy lácteas como a queso brie. Te esperas algo más cremoso y al probarlo hay un contraste muy interesante.
Es un vino fresco que va muy bien con productos de mar como las almejas chocolatas. Se nos antoja también con productos más dulces como los camarones o los pescados blancos.
Si lo quieres utilizar para el postre ¡adelante! se nos antoja algo que le vaya bien al aroma, como una tarta de queso.