Al inicio, Manzard era un pequeño espacio dedicado a la repostería del sureste. Ahora es un restaurante en la colonia Narvarte que recupera los sabores tradicionales de las familias y sus diferentes influencias como la migración libanesa y la llegada de productos europeos a Quintana Roo.
Se llama Manzard porque la bisabuela que emigró del Líbano a Huimanguillo, Tabasco, así se llamaba. Esta mujer llegó a México en un barco a los 14 años, pero nunca dejó de hablar en árabe.
Artemisa, su bisnieta, después de una carrera en la administración pública en la Ciudad de México, dio un giro a su vida.
Decidió viajar al origen, explorar la comida del sureste, la influencia de Europa y, claro, de la propia familia libanesa, y entonces crear sus propias mezclas.
Artemisa recuerda que en los años 80, cuando las fronteras estaban cerradas, había poco acceso a alimentos importados.
Cuenta que entonces se acostumbraba ir a Chetumal para adquirir productos como los quesos holandeses que se fusionaron con la gastronomía regional, especialmente el queso patagrás con el que se elabora el delicioso chongo tabasqueño.
En Manzard los platillos pueden tener queso holandés y plátano macho, combinaciones que reúnen al Atlántico Norte con nuestra costa del Golfo de México.
El cacao orgánico y la horchata los traen principalmente de Tabasco y el queso chiapaneco desde Escuintla, municipio al sur de esta entidad.
En la Ciudad de México son pocos los lugares que ofrecen un menú exclusivo del sureste a precios accesibles. Además de la cocina de Tabasco, Manzard también tiene sabores de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Para abrir el apetito recomendamos los tostones con aderezo de queso chiapaneco y hoja santa. También hay una torta, tipo tortilla española, pero hecha de plátano macho rellena de picadillo y chicharrón, ¡imperdible!
De plato fuerte, sin duda, nuestro favorito fue las enchiladas tabasqueñasrellenas de picadillo y bañadas en mole. Los platillos se pueden salsear con chile amashito y chile simojovel.
También están los clásicos tamales de chipilín, el sofisticado salpicón de venado y unas quesadillas de pejelagarto exquisitas.
Bien vale la pena tomarse unas horas en Manzard, un lugar donde uno siente el olor de los platanares y la brisa cálida del sureste.
Dirección: Esperanza 560, colonia Narvarte Poniente.
Instagram: @manzard_comedor