¡Buenas noticias! Ya hay un Museo del Pulque en la Ciudad de México con todo y su pulquería. Este espacio es el mejor lugar para que vengas a conocer su elaboración, historia y por supuesto, a deleitarte con comida rica y uno -o varios- curaditos.
“Detente caminante, un pulquito y adelante” en el nuevo Museo del Pulque y Pulquerías en la ciudad de México. En sus tres salas puedes descubrir la historia y misticismo que surge desde los pueblos prehispánicos, así como los artefactos que se utilizan para producirlo hasta la fecha.
Este lugar es una joyita turística nueva en la ciudad. Se inauguró el 8 de febrero y está en el ex Convento de San Hipólito.
Un dato curioso es que este edificio ha tenido toda clase de usos, incluso hubo una época en la que fue hospital psiquiátrico. Hoy es algo mucho más alegre y además es una buena opción para echarte un pulquito y comer.
La Asociación Nacional de Pulquerías Tradicionales (ANPT) fue la encargada de llevar a cabo este proyecto en el que se busca contar la historia de una de las bebidas tradicionales mexicanas más emblemáticas.
Durante el siglo XX el pulque tuvo muchos altibajos. Uno de los problemas fue la falta de los conocimiento para el cultivo del agave salmiana y los mitos que se crearon a su alrededor. Por difícil que sea de creer, esta joya estuvo al borde de la extinción.
Éstas son algunas razones por las que un Museo del Pulque era necesario. La ANTP decidió poner manos a la obra desde 2014 para poner en la mira de nuevo y reivindicar al agua de las verdes matas.
Hay muchas teorías que han manchado la figura del pulque, una de ellas es que se utilizaban desechos fecales -o la famosa muñeca– para que el pulque se fermentara más rápido. No vamos a revelarte ningún secreto del museo pero esto es es falso y químicamente imposible.
Eddy Wine, chef y sommelier del lugar platica que esta leyenda es una de las que más dañó la fama del pulque.
Anteriormente, el pulque era fermentado en bolsas de tripa de res y para mitigar cualquier olor desagradable se introducía una bolsa de manta con café.
Puede ser que algún curioso haya inventado que era algo menos agradable al ver la bolsita; hay versiones también de que este mito fue creado con dolo para mitigar el consumo.
En sus salas puedes ver los instrumentos originales con los que trabaja un tlachiquero. Ellos son los encargados de extraer el aguamiel o tlachique del corazón de los magueyes y llevarlo a fermentar al tinacal.
Desde el acocote -el recipente que por medio de la succión almacena el aguamiel- hasta cuchillos y raspas; todo está disponible para que lo conozcas.
“Así como ves los instrumentos inofensivos, también hay unos muy filosos” nos cuenta Eddy Wine, haciendo notar el gran trabajo de los tlachiqueros.
No se puede pedir más si después de un recorrido por la historia del pulque te esperan en el primer piso con un buen curado.
En la pulquería del museo se respira un ambiente de fiesta. La nombraron Panana, que en el argot pulquero es una palabra que describe el proceso de elaboración desde el maguey hasta tu tarro.
El mismo Eddy Wine fue el encargado de diseñar todo el menú, desde bebidas hasta alimentos. Para comer, encontrarás platillos tradicionales de Apan, Hidalgo, la más famosa zona pulquera.
Hay natural y curados, estos segundos los dividen en tres: los de base, superiores y premium. Los últimos dos son interpretaciones con sabores que no vas a encontrar fácilmente, así que te recomendamos que los pruebes. El de queso ¡una delicia!
Vete con hambre, porque por mixiotes, quesadillas, guacamole y barbacoa no vas a parar. Los sabores de los curados cambian todos los días dependiendo de la temporada.
Te recomendamos que pruebes las quesadillas de corazón de maguey; nos sorprendió que nunca habíamos probado este ingrediente guisadito y puesto entre tortillas.
Además de comer delicioso, estos platillos evitarán ponerte hasta las manitas.
Por cierto, este dicho surgió de la unidad de medida de transportación del pulque. Curaban la piel de reses o puercos hasta endurecerla y dentro colocaban lo suficiente como para llenarlo “hasta las manitas”.
El museo organiza muchas actividades divertidas para que te encariñes con el pulque. Tienen recorridos por distintas pulquerías muy tradicionales de la ciudad y hasta ponen a prueba tu creatividad después de unos curaditos con torneos de albur.
Si no has ido ya te estás tardando.
Dirección: Avenida Hidalgo 107, Centro Histórico. A un costado del metro Hidalgo.
Horarios: miércoles a lunes de 10 am a 6 pm. Martes cerrado.
Costo: $20.00 con descuentos al presentar credencial de estudiante e INAPAM.
Facebook: @MUPYP