También lo hemos padecido: llegar a un lugar de comida típica alemana y no entender nada de lo que hay en el menú. Para que no te pierdas de la increíble gastronomía de este país, te tenemos 10 platillos que debes probar.
Seguramente lo primero que piensas cuando escuchas de comida alemana es Oktoberfest y cerveza. No estás nada alejado de la realidad; sin embargo, hay muchas otras cosas que te dejarán con la boca abierta.
Con cervezas tan buenas, muchas veces nos olvidamos de lo grandiosa que es la comida típica de Alemania. Y si bien no es nada similar a nuestra cultura, sus platillos tienen un encanto particular que no debes dejar de probar.
Detengámonos a pensar un momento en las condiciones climáticas de Alemania y entenderemos mejor por qué comen de la manera en que lo hacen y los ingredientes que utilizan.
Es un país donde la mayor parte del año hace frío, por lo que el cuerpo pide más calorías y carbohidratos; de ahí viene que hagan tan buena chela y pan.
Para que haya durante todo el año, tienen la costumbre de preparar encurtidos para conservar vegetales y son muy buenos con los embutidos.
Hay tres ingredientes vegetales principales en la cocina alemana: la col, la papa y la cebolla. ¿Sus semejanzas? Las tres se dan en clima frío y aportan carbohidratos al cuerpo para darle energía inmediata.
Los encontrarás en la mayoría de los platillos, aunque también hay que decir que tienen buena carne roja y también muchas variedades de pescados en la parte norte.
Ya sea que vas de vacaciones a conocer Alemania o andas curioseando en algún biergarten, tenemos algunas recomendaciones para completar tu experiencia al más puro estilo germano.
Esta es la comida callejera más popular en Berlín. Se trata de una salchicha de cerdo asada a la parrilla bañada en salsa de tomate y espolvoreada con curry. Suena delicioso ¿no?
Ir caminando por las calles y percibir ese aroma a carnita asada va a hacer imposible pasar de largo. Generalmente las venden con pan y puedes agregar más condimentos.
En los bares de cerveza alemana ofrecen el currywurst como aperitivo para botanear mientras llega algo más sustancioso.
También conocidos como bretzels, este pan es el más representativo de la cocina tradicional alemana. No hablamos de las botanas pequeñas, sino del pan esponjoso y dorado con granos de sal en la corteza.
Se trata de una mezcla de harina, levadura, leche y azúcar mascabado. Tiene varias peculiaridades: la primera es la forma, un brazo pequeño -su traducción directa- entrelazado.
La segunda es el color oscuro de su corteza, que se logra sumergiendo la masa reposada en agua con bicarbonato.
Los puedes pedir solitos o acompañarlos con salchichas y col fermentada. En algunos lugares también tienen versiones dulces; van espolvoreadas con azúcar y canela.
Volvamos al principio del frío constante en Alemania. Para que los ingredientes duren más y no haya escasez durante el invierno, muchos productos son puestos en conserva.
El sauerkraut es un encurtido de col que se fermenta en agua con vinagre y sal. Puede ser de la variedad blanca o morada; la acidez dará un equilibrio perfecto a la grasa de las salchichas y la carne de cerdo.
Una buena noticia es que, como todos los fermentados, el sauerkraut es un probiótico que ayudará a mejorar tu tránsito digestivo y a fortalecer tu flora intestinal.
Si ves esto en un menú quiere decir que el lugar en el que estás es auténticamente alemán. Su nombre original es Gebratene Schweinshaxe.
Es un platillo casero; se trata de la parte que conecta las manitas con las piernas del cerdo. Es de cocción lenta pues la carne puede ser fibrosa.
Primero se cocina en agua y posteriormente se brasea en cerveza para darle un toque final de sabor.
Este platillo va muy bien acompañado de ensalada de papa, sauerkraut o ambas.
Este es el nombre genérico que se le da a todas las salchichas alemanas. Aunque la más popular es la variedad Frankfurt, cualquier opción es garantía para cumplir un antojo y acompañar tu cerveza.
La mayoría están hechas a base de carne de cerdo; el grosor y longitud dependerá de la región en la que se haya producido.
A nosotros nos encanta acompañarla con mostaza dijon o salsa de tomate. Si la preparas en hot dog también queda espectacular.
Hamburgo es una ciudad con un canal que conecta con el Mar del Norte. Es aquí donde se pesca la mayoría de las variedades que comen en Alemania.
Los pescados aquí también se ponen en conserva y generalmente será con vinagre. Si lo encuentras fresco ¡aprovecha!
Uno de los platillos típicos es el arenque con pepinillos, o rollmops. Los lomos del pescado enrollan otro encurtido muy popular en estas latitudes.
Hay un platillo con este pescado que se acompaña de una salsa cremosa y se llama Heringsschmaus. Este te lo recomendamos maridado con un vino blanco del Rhin.
En cualquier menú alemán encontrarás varias veces el término kartoffel. No te asustes, es papa. Tiene muchísimos usos, pero uno de los más comunes es en ensalada.
Dependiendo la región variará la receta, pero en términos generales es una ensalada de papa con pepinillos, lechuga, vinagre y dependiendo de la región, a veces mayonesa.
Lo más común es que venga acompañando algún estofado de cerdo o salchicha.
Sí, leíste bien. Aunque los kebabs son originalmente de Turquía, en Alemania son una de las comidas callejeras más populares.
Resulta que los inmigrantes turcos que llegaron a distintas ciudades comenzaron a adaptar su tradicional shawarma al gusto alemán. La receta es simple: pan pita relleno de carne de cerdo, pollo o res que está marinada en especias.
A esto se le agrega una salsa hecha a base de yoghurt y generalmente la acompañan papas fritas.
Para los postres los alemanes se pintan solos. Esta preparación no es tan popular como otras, pero vaya que tiene un sabor impresionante.
Se trata de masa de trigo rellena de mermelada de ciruela. Se baña con una salsa de vainilla para después espolvorearse con azúcar.
Es un imprescindible en la época de invierno, por lo que la vas a encontrar con mucha frecuencia en los mercados navideños. Es un apapacho dulce al corazón.
Este es quizás, uno de los postres más famosos del mundo. La combinación de manzana con azúcar y canela ha conquistado al mundo y los alemanes son embajadores de esta combinación.
El strudel de manzana clásico está hecho con una pasta muy delgada y elástica que se rellena con una compota de manzanas. A ésta se le agrega azúcar mascabado, canela, clavo y en algunas ocasiones, pasas.
Sin duda, una de las mejores formas de terminar una comida (alemana o de cualquier especialidad) es con un buen strudel de manzana calientito acompañado de helado de vainilla y salsa de caramelo.
No dejemos atrás el motivo de tanta celebración en Munich durante el mes de octubre. La cerveza es uno de los pilares de la cultura alemana y hay muy buenas opciones para elegir.
La más común es lager, elaborada con cebada malteada. También es muy común encontrar de trigo, a la que llaman weissbier.
Tienen más de 11 diferentes estilos de cerveza y todo depende de la región en la que te encuentres; imagínate que sólamente en Alemania hay más de 5,000 variedades distintas de chela ¡un paraíso!
En temas enológicos no se queda nada atrás. Los vinos alemanes tienen fama de ser muy finos y hay más de 140 especies de uvas. La mayoría son blancas y la más socorrida es la Riesling.
Hay 13 regiones vitivinícolas en Alemania y la mayoría se encuentra a orilla del río Rhin.
Hay una variedad llamada eisewein, la cual se distingue de las demás porque la uva se cosecha congelada, lo que cambia completamente las características organolépticas una vez fermentada.
No hay que olvidarnos del delicioso glühwein. Esa bebida calientita y especiada hecha con vino tinto. Otra especialidad de los mercados navideños. Si quieres la receta, aquí la tienes.
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