No cabe duda de que la comida de mar en cualquier temporada del año es un regalo para nuestros paladares. En época de calor comer almejas y ostiones nos da un respiro para continuar frescos nuestro día.
Estos moluscos se pueden confundir fácilmente pero ser expertos será cuestión de observación, práctica y tiempo.
Aquí te dejamos las almejas y ostiones más comunes en México para que los distingas y sorprendas a tus amigos.
Las almejas y ostiones cuentan con una importante cantidad de nutrientes como zinc, calcio y hierro. Son bajas en grasas y su contenido de proteínas es elevado.
Comer este alimento del mar en ceviches, tiraditos o cocteles es la mejor manera para refrescar y nutrir en un día caluroso.
Este molusco es sin duda uno de los más raros pero también más ricos que tenemos en México.
Baja California, Baja California Sur y Sonora son los principales productores de este tipo de almeja que también es llamada almeja chiluda.
Su sabor es ligeramente dulce y su consistencia parecida a la de los caracoles. Sí, así de firme.
Al recolectar esta almeja no existe la pesca incidental -que tomen otra especies por error-, esto debido a que el buzo hace la selección mediante la vista.
Para prepararla es necesario hervir la carne después de retirar la concha. Esto se recomienda por tener una membrana que la recubre que no es muy agradable al gusto.
Es una de las más conocidas en el país y se puede encontrar en todo el golfo de California. Es blanca y a diferencia de la pata de mula, la almeja reina no tiene hendiduras tan marcadas.
Su textura en boca es suave con sabor dulce, puede llegar a medir entre 8 y 11 cm. Los paladares más experimentados seguramente percibirán los toques a mantequilla y nuez.
Se recomienda consumirla fresca e incluso conservarla lejos de corrientes de aire para que no se deshidrate.
¿Has probado la sopa de almejas o clam chowder? La receta utiliza justo esta especie y también la vemos seguido en pastas. Si la prefieres fresca solo añade limón y chile y ¡listo!
Su nombre hace referencia al color de la concha que es café como el chocolate. En México su mayor producción se da en Baja California Sur pero se le puede encontrar en todo el Pacífico tropical.
Cuando la abran notarás que no es blanca o rosada como las demás ¡es roja! así que no te asustes.
Tiene un sabor dulce y textura firme sin llegar a ser elástica. Su tiempo de vida útil es de 4 a 6 días pero trata de conservarla en frío y en un ambiente húmedo para que al prepararla esté fresca.
¿Cómo la preparas? Ponle limón, sal, chile y a la boca.
El golfo de california y el mar de Cortés son los principales hogares de esta almeja.
Es pequeña, llega a medir hasta 6cm y es de color blanco con algunos colores neutros en su concha.
El sabor el dulce y la textura firme. La mejor manera de prepararlas es en sopas, arroz, pasta o al vapor y para encontrarla en su mejor tiempo checa que no rebase los 15 días de vida en anaquel.
Si te sobraron no te preocupes, guárdalas en una malla o algún tipo de escurridor en el refrigerador, nunca en recipientes herméticos. Claro, no exageres con los días de almacenamiento para comerla fresca.
Esta almeja es blanca pero tiene una capa negra tipo costra que sirve para protegerse de depredadores. Tiene un tamaño promedio de 11cm y está disponible todo el año.
En México se puede encontrar en la zona del Golfo de California y se extiende por el Pacífico, de Guaymas a San Blas.
Para conservarla correctamente es necesario que esté a una temperatura de entre 2 a 5° C y no más de dos días.
La textura en boca es firme con sabor dulce y retrogusto amargo. Es perfecta para comerse en cocteles y ceviches conservando su frescura; un toque de limón, sal y chile pueden potenciar su sabor.
Es inconfundible porque hace honor a su nombre, parece una navaja. Es alargada y puede medir de 7 a 15 cm de largo aunque en algunas variedades podría medir hasta 30 cm.
Su color va del blanco hasta el café claro y su concha es muy frágil y curva.
Te recomendamos cocinarlas a la plancha con un toque de mantequilla, vino blanco y perejil.
No es muy común encontrarla, así que si vas a un restaurante en donde la sirvan no pierdas la oportunidad de probarla.
El mejillón es un molusco igual que las almejas y ostiones. Son fáciles de distinguir porque su concha es alargada y oscura, tiene toques entre azules y café.
Para distinguir una hembra de un macho basta con ver el color de la carne, si es naranja claro es hembra y si es blanca es macho.
En México es común encontrarlo en cultivo en Todos Santos, Baja California Sur y en Ensenada Baja California. Mide en promedio de 6 a 8 cm de largo.
Su carne es jugosa, blanda y esponjosa con un sabor un tanto dulce con su respectivo toque a mar.
La manera más común de encontrar mejillones en los restaurantes es al vapor y con un toque de vino blanco, aunque también los podemos encontrar en pastas, arroz y ceviches.
Si quieres conservarlos en tu casa es importante que los tengas en una malla o colador y cubrirlos con un trapo húmedo. No lo conserves más de 7 días ni en recipientes cerrados.
Entre almejas y ostiones hay varias diferencias comenzando por su aspecto externo. Los ostiones en cualquiera de sus variedades parecen rocas.
Hay varias especies entre ellas la americana, kumamoto y kumiai; esta última es la que más se produce en todo el mundo.
En México los podemos encontrar en distintos estados como: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Tamaulipas, Veracruz y Campeche. Así que ya sabes, si pides este alimento en alguno de estos estados probablemente sean frescos.
En general todas variedades de ostiones son muy nutritivos, nada más checa esto: tienen vitaminas A, B, C y D, zinc, hierro y cobre. También son bajos en grasas y contiene proteínas que son de baja digestión.
Tienen un tamaño que va entre los 6 y 12 cm y el aspecto de su carne es brillante. Su textura es suave pero firme y tiene un sabor dulce que deja una sensación cremosa.
Los ostiones son tan versátiles que los pueden comer crudos, solo con sal y limón o los puedes cocinar al vapor, ahumados, escalfados y fritos.