Nunca pensarías que hay tantos platillos tradicionales en la cocina de Colima siendo que es un estado tan pequeño.
Porque no todo es sal -aunque nos encanta-, queremos platicarte un poco de la gastronomía colimense en 15 platillos y bebidas que no puedes dejar de probar.
Colima se divide en 10 municipios que puedes recorrer fácilmente. El volcán del Fuego se ve prácticamente desde cualquier lugar, pero además es un lugar en donde los productos del mar son de mucha calidad.
El puerto de Manzanillo era la primera parada de la Nao de China, el barco que durante la colonia transportaba productos desde las Islas Filipinas hasta la Nueva España. Es aquí donde se dio mucho del mestizaje con la cultura asiática.
Para que no pases desapercibida alguna de las joyas gastronómicas de este pequeño estado, tenemos una lista de los 15 platillos y bebidas que no te puedes perder.
La leyenda cuenta que este platillo fue elaborado por accidente en Manzanillo, cuando una señora lo olvidó sobre unas brasas que aparentaban estar apagadas. Se trata de una reducción del pozole blanco, por lo que comparte sus ingredientes.
De ahí se expandió su popularidad al resto del estado y del país, dándose a conocer con el nombre de “pozole seco”. Es delicioso para comer sobre una tostada de maíz y si quieres probarlo, aquí está la receta.
En Colima un sopito es el equivalente a un sope en el resto del país. La peculiaridad es que aquí son con carne molida de res; van cubiertos con lechuga, cebolla y queso fresco de Comala.
La mayoría son pequeños para que puedas comerte más de uno sin culpa. Son una muy buena opción para botanear antes de entrarle a los platos fuertes.
A todo mundo nos encanta la carne pegada al hueso. El chilayo toma la ventaja del sabor del espinazo y prepara el chilayo, un caldo hecho a base de jitomate y chile guajillo.
De guarnición trae el espinazo de cerdo completo, además de arroz y tomate verde; algunas personas lo aromatizan con comino y pimienta. Una delicia.
Uno de los lugares más populares de Colima es ese que evoca al realismo mágico de Pedro Páramo: Comala. Aquí encuentras delicias gastronómicas como su famoso pan.
Esta región estuvo ocupada por franceses y alemanes que enseñaron a los habitantes el oficio de la panadería y de ahí surge la tradición. No te pierdas los picones y las conchas junto con una taza humeante de café de olla.
Aunque este platillo lo comparte con Michoacán, Jalisco y Guerrero, Colima tiene su versión y no le pide nada a los demás.
La cecina de res se deshebra y mezcla con huevo revuelto. Posteriormente se prepara una salsa con chile guajillo, comino, pimienta, ajo y jitomate para hacer una preparación caldosita muy buena para hacer tacos.
Vas a encontrar árboles de parotas en toda la zona boscosa de Colima. El fruto es una vaina con una forma muy peculiar y las semillas se llaman igual.
Es un sabor muy delicado con el que se pueden hacer ceviches, ensaladas y hasta tortitas.
Si te gusta la mezcla de sabores salados y dulces no te pierdas estas enchiladas. La mayoría vienen rellenas con pollo o picadillo dulce pero la magia está en la salsa. Es una mezcla de chile guajillo con chocolate, clavo, piloncillo, canela y otras especias.
En algunos lugares las adornan con pasas y almendras; lo tradicional es comerlas con rábanos, lechuga fresca y cebolla.
Para comer algo fresco en el calor constante de Colima, las tostadas de pata son una gran alternativa.
Las vas a encontrar en todos los tamaños, pero generalmente serán tortillas grandes en donde caben de tres a cuatro manitas.
Se utilizan patas de cerdo en vinagre con zanahorias, chiles jalapeños y otras verduras encurtidas. Se coronan con lechuga, crema y queso frescos de Comala.
La combinación de rajas poblanas con queso fresco siempre es garantía. El menguiche usa esta mezcla y se cocina con salsa de tomate y granos de elote.
Prepárate un taco de menguiche para botanear o cómelo como guarnición de algún plato principal.
Cuando nos pasamos de fiesta el día anterior siempre se antoja un caldito reconfortante y Colima no es la excepción a pesar del calor.
La pepena es una interpretación colimota de la pancita o el menudo; son vísceras de res cocinadas en un caldo hecho a base de chile guajón (una variedad de guajillo), jitomate, hierbas de olor y especias.
Aquí no se llama mezcal ni tequila, es tuxca. Junto con Jalisco se produce este vino de agave, que si bien no tiene denominación de origen, sí se elabora con un proceso muy artesanal.
El proceso es igual al de cualquier destilado de agave, con la diferencia de que se elabora en tabernas, no en palenques.
Otra diferencia es que no se utilizan alambiques, sino que la destilación sucede en troncos de árboles de parota y el calor lo dan unas fogatas hechas con leña.
Las palmeras llegaron a México con la conquista y desde entonces toda la planta se aprovecha.
En el corazón de la palma, ahí de donde salen las hojas, hay un líquido que se extrae y sirve para refrescar e hidratar al cuerpo.
La tuba es una bebida que encontrarás en las calles de la ciudad de Colima. Se pinta con betabel y se decora con cacahuates para darle un toque salado. Es fresco para cualquier día de calor.
El secreto: si está fermentado no está bueno.
Junto con el pozole seco, este puede ser de los platillos más emblemáticos de todo Colima.
Se prepara con chamorro de cerdo o res; la salsa está hecha con chile guajón o guajillo, vinagre de tuba, especias, hierbas de olor y jitomates.
Se llama tatemado ya que todos los ingredientes de la salsa se ponen al fuego hasta quemarse antes de licuarse para obtener sabores más intensos.
Si se te antojó aquí te va la receta.
La peculiaridad de este ceviche es que el pescado (que normalmente es sierra) se raspa con un tenedor haciendo pequeñas migajas de carne. Otra característica es que la receta tradicional lleva zanahoria y chile habanero.