La leches vegetales dejaron de recomendarse únicamente para veganos, vegetarianos e intolerantes a la lactosa. Gracias a sus nutrientes y magnifico sabor se han convertido en la alternativa cremosa que todos queremos beber sin extrañar la leche de vaca.
De coco, de almendras o de soya, cada una es reconocida por los beneficios que aporta a la salud, sin embargo, cuando es una leche casera es mucho más beneficiosa para el cuerpo, ya que no contiene químicos ni aditivos.
Por esta razón, nada mejor que aprender a hacer estas recetas en casa.
No, no se trata de hacer un licuado, pues no lleva leche. Lo único que debes hacer es mezclar plátanos, agua y ¡listo!
Aunque esta leche se comenzó a preparar hace varios años, en 2019 está reviviendo gracias a que es magnífica para levantar el sabor de smoothies, platos de cereales o avena, pues sabe totalmente a la fruta.
La leche de plátano es socorrida por estar llena de potasio, electrolitos, vitaminas C y b6, hierro y otros nutrientes, aunque hay que beberla con moderación pues tiene muchos carbohidratos y azúcar.
Es perfecta para preparar hot cakes, galletas y otros postres.
¡Ojo! No puedes guardar esta leche porque se oxida y sus componentes se separan muy rápido, por lo que debes consumirla inmediatamente después de prepararla.
Ingredientes
1 plátano
1/2 taza de agua
1/2 taza de hielo
Una pizca de sal
Poner todos los ingredientes en una licuadora.
Licuar hasta que todo esté integrado y servir inmediatamente.
La leche de coco fortalece el sistema inmunológico y las defensas del cuerpo, y ayuda a las personas con anemia ya que tiene un cuarto del requerimiento diario de hierro. Además previene los calambres y dolores musculares gracias a que es rica en magnesio; tiene una alta concentración de fibra y alivia los síntomas de la artritis. Fortalece los huesos y ayuda al cuidado de la piel y el cabello.
La ventaja de preparar leche de coco en casa es que puedes utilizarla para sumergir tus galletas en un vaso de leche recién hecha o para elaborar recetas saladas como currys y caldos.
Ingredientes
Calentar el agua sin dejar que hierva.
Colocar el coco rallado en una licuadora y añadir el agua caliente en la medida que entre en el vaso. Mezclar durante algunos minutos hasta conseguir una pasta homogénea, cremosa y espesa. Verter el contenido en una manta de cielo o en un filtro de café y filtrar en un recipiente.
Puedes endulzar la leche de coco con miel, estevia, azúcar morena y utilizar otros ingredientes como vainilla y canela para aportar un sabor más especiado.
Atrévete a hacer este cebiche de robalo con leche de coco superfría.
La leche de almendras es un gran sustituto para los que han decidido no consumir lácteos o bien solamente quieren adentrarse a probar otros tipos de leche. Esta opción es rica en antioxidantes y minerales esenciales como el potasio y el calcio y además tiene bajo contenido de colesterol, alto contenido de vitaminas y tiene menos calorías que la leche de soya.
Ingredientes:
Agregar las almendras remojadas, agua, sal y cualquier complemento adicional a una licuadora o procesador de alimentos y mezclar hasta que quede cremosa y suave. Continuar licuando mínimo durante 1-2 minutos para sacar el máximo provecho a las almendras.
Colocar una manta de cielo sobre un recipiente para mezclar y verter la leche de almendras. Apretar hasta extraer todo el líquido. Desechar la pulpa, o mejor aún, guardarla para usar en alimentos para hornear.
Llevar la leche de almendra a un frasco y refrigerar.
Es una bebida ligera y dulce que no contiene gluten, se digiere muy bien y es relajante. Ayuda a obtener energía y equilibrio en el sistema nervioso. También es ideal para controlar el peso, tiene menos calorías que la leche de soya y la de almendras y es muy nutritiva.
Ingredientes:
Colocar todos los ingredientes en un procesador de alimentos o licuadora en el orden indicado: primero el agua, después el arroz cocido y por último el azúcar morena.
Mezclar durante 2-3 minutos o hasta que se alcance la consistencia deseada. Colar si es necesario y almacenar en el refrigerador.
La leche de soya es baja en grasas, rica en proteínas vegetales, con alto contenido de calcio, potasio y magnesio, ideal para el control de la hipertensión arterial. Además favorece la disminución del colesterol, es recomendable para personas con diabetes y ayuda a las mujeres con el síndrome pre-menstrual, ya que reduce el dolor.
Ingredientes:
Colocar los granos de soya en remojo entre 8 y 12 horas, cambiando el agua cada 4 horas si es posible. Colar los granos remojados y separarlos de cualquier residuo que pueda haber quedado.
Para evitar que la leche de soya tenga un leve sabor amargo, es necesario eliminar la enzima que produce tal sabor mediante un par de minutos en el microondas o 5 minutos en un horno común.
Cuando los granos estén listos, colocarlos en una licuadora o procesador de alimentos con un poco de agua, y comenzar a procesarlos hasta que se forme una especie de puré cremoso, ni muy líquido ni muy espeso. Utilizar poca agu y agregar a medida que sea necesario.
Una vez que esté listo el puré de soya, añadir junto a las 8 tazas de agua en una olla grande y ponerla a fuego medio hasta que hierva. A partir de ahí cocinar la soya a fuego bajo durante unos 25 minutos sin olvidar revolver para evitar que se queme o se desborde.
Ahora colocar una manta de cielo sobre un colador y filtrar la leche de soya. Cuando quede únicamente el puré de soja en el manto de cielo, exprimirlo para extraer el máximo de leche posible.
A diferencia de otras leches vegetales, la leche de avena es una de las más accesibles para la cartera y su sabor ya es bien apreciado por el paladar gracias a tantos desayunos saludables con avena y leche.
Ingredientes:
Mezclar la avena, el agua y los ingredientes opcionales en una licuadora. Colar la leche de avena través de una manta de cielo en una jarra o tazón. Usar las manos para exprimir la leche y descartar la pulpa de avena.
Refrigerar la leche de avena hasta que se enfríe y almacenar en el refrigerador durante 2-3 días.
La quinoa es una excelente fuente de proteínas y contiene los ocho aminoácidos esenciales, por lo que es un alimento perfecto para vegetarianos y veganos. No contiene gluten, tiene un índice glucémico bajo, también es rico en fibra, regula los niveles de colesterol, previene el estreñimiento y es rico en ácidos grasos esenciales (omega 3 y omega 6), potasio, calcio, fósforo, hierro, zinc y magnesio y vitaminas B y E.
Si te gusta la leche de avena debes probar esta receta. La quinoa es una excelente fuente de proteínas y tiene un gran sabor.
Ingredientes:
Cocinar la quinoa según las instrucciones del paquete.
Mezclar la quinoa con el agua y colar la mezcla con un colador o una manta de cielo. Verter la leche de quinoa en una licuadora y mezclar con los dátiles y la canela.
Guardar la leche de quinoa en un recipiente hermético en el refrigerador por 3 o 4 días.