Maíz, frijol y chile. Los tres ingredientes principales de la milpa lo son también en los platillos del restaurante Cascabel de la chef Lula Martín del Campo en Santa Fe.
Desde la entrada, todo habla de ellos: la vajilla que evoca a los ingredientes, las mantas con códices y un comal donde se preparan garnachas al momento.
En la mesa, unas tostaditas de maíz azul con salsa verde y de chile cascabel; a un lado, frijoles refritos para botanear.
Lula comenzó su carrera en las cocinas amadrinada por Martha Ortiz, chef de lo que hoy es el Dulce Patria -en aquel entonces, Águila y Sol-. Ganó experiencia en comedores corporativos y fue consultora de banquetes.
Fue hace poco más de un año que la vida le puso de frente la posibilidad de enaltecer la cultura gastronómica mexicana desde su propia cocina.
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La milpa hecha restaurante
Cascabel es un lugar único en Santa Fe. Todo evoca a la cocina tradicional mexicana pero en un espacio contemporáneo, bien decorado y cuidado en todos los detalles.
Se trata de que tanto los locales, turistas y empresarios que pasen por ahí puedan tener una percepción verdadera de lo que es la comida mexicana rica.
Hay tres espacios en el lugar. La sala, amplia, cómoda, con el comal rematando y dejando ver una cocina parcialmente abierta.
La terraza techada, para cenar a gusto aunque el clima no ayude y la parte descubierta. Si duda, el lugar donde, en un buen día, se siente muy bien que te apapaches con un vino y alguna que otra botanita.
Para empezar te recomendamos los esquites ancestrales de maíz blanco, rojo y azul, cocinados con mantequilla de limón y servidos con mayonesa de chapulines, queso fresco y una hojita de epazote.
Los antojitos mexicanos no faltan en la carta de Cascabel. Además, si estás dentro, en sala, puedes ver como una cocinera tradicional prepara desde cero lo que pidas.
Gorditas, sopecitos o la estrella de las entradas: los tlacoyos rellenos de requesón. Vienen bañados con salsita verde, más requesón y su jardín para terminar.
Comida como la de tu mamá
Si eres de los que disfrutan las sopas, aquí hay varios platos de cuchara. Para Lula, los caldos son un apapacho y es lo que más nos regresa a la comida de nuestras casas -creemos que tiene razón- .
Sirve albóndigas con la receta de su mamá, mole de olla o caldo de camarón.
El salmón con mole es el platillo consentido del restaurante. Parece una combinación difícil, pero el mole está en un punto exacto en el que deja lucir al salmón. De guarnición tiene esquites a la mantequilla.
Si eres más carnívoro, el cerdo en cocción lenta con adobo de chiles es para ti. Tienen porciones para compartir de carnes como cabrerías o cortes americanos.
Aunque todos vienen con sus guarniciones, hay varias opciones de ensaladas. Una muy especial con maíz, crujiente de tortilla, pollo, crujiente de chile ancho y mezcla de lechugas.
La carta de vinos es suficiente para que marides a tu antojo con opciones mexicanas, españolas e incluso algunas italianas. Está en constante evolución, entonces da por hecho que encontrarás buenas sorpresas.
El gran final
No te vayas sin probar un postre. Para compartir pide unos plátanos con crema y cajeta que también son un homenaje a la comida casera.
Son ingredientes sencillos que mezclados hacen magia y nos regresan a la infancia: lleva un crumble de galletas marías, plátanos, crema batida y cajeta. Pídelo al centro, la porción es enorme.
El servicio de café viene con un corico: una galleta de maíz con azúcar que se deshace al morderla y va perfecto para cerrar con broche de oro.
Dirección: Park Plaza Torre II: Javier Barros Sierra #540 Sótano 2, Santa Fe.
Facebook: @CascabelCDMX
