Gran Bretaña siempre se ha distinguido por aportar al mundo grandes empresarios, excelentes músicos y pensadores que han revolucionado muchas de las áreas del conocimiento. Pero ¿qué hay de su cocina?
Poco se habla de la cultura gastronómica, las costumbres a la mesa o las tradiciones -aparte del té- que han alimentado a esta sociedad que hoy es potencia mundial.
Hoy te queremos platicar de las costumbres culinarias del Reino Unido a través de 15 de sus mejores expresiones gastronómicas.
El clima de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte resulta desafortunado para muchos propósitos.
Esto no es nuevo: así ha sido siempre y los pueblos anglosajones que comenzaron a poblar estas islas supieron trabajarlo a su favor.
El cultivo de legumbres, cereales y la ganadería son clave para entender por qué comen y beben de la forma en que lo hacen.
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La comida de los pastores
Cerdo, res y cordero son las principales industrias ganaderas de Inglaterra. Por el clima, estos animales se adaptaron al territorio con materia grasa que los protege del frío, y, por ende, las carnes son más ricas.
En Escocia se consumen Haggis desde la Edad Antigua. Esto es una mezcla del corazón, hígado y pulmones de cordero que se sazona con cebolla, especias, grasa y se enriquece con avena. Hoy es orgullo nacional y se sirve con rábano y puré de papas.
En esta región también comenzaron a preparar embutidos. Desayunar salchichas sigue siendo parte de la cultura gastronómica del Reino Unido y generalmente son de carne de cerdo.
Si hablamos de productos de vaca se conservaba la leche por medio de quesos, entre los que hoy son muy socorridos el Cheddar y el Stilton.
La agricultura es importante y el trigo es una de las alternativas más viables.
Con la harina se comenzó la panadería y todas las islas de Gran Bretaña, hasta hoy, se distinguen por ser muy buenas para elaborar pays.
El más tradicional tiene su origen en la Edad Media y está hecho con riñones de pollo.
Se sazona con poro y aunque quizá suena grotesco es un platillo muy intenso en sabores y bueno para reconfortar en temporada de frío.
Si buscas opciones más nobles, también hay de filete de res, pollo y vegetales.
Inglaterra, el país del té
Sin duda, algo que identifica a los ingleses es su costumbre de tomar té y todo el ritual que se creó alrededor de esta bebida.
En 1650 Catalina de Breznaga, esposa de Carlos II de Inglaterra, convirtió al té en una bebida que daba estatus.
El té lo traían de China y actualmente la industria sigue siendo de las más relevantes para el comercio entre ambos países.
Para disfrutar una buena taza de té hacía falta algo dulce que lo acompañara. Fue en este momento donde las cocinas de las cortes nobles echaron a volar su imaginación e inventaron algunas delicias como los Chelsea Buns, el antecesor de los roles de canela.
Otro caso fueron los scones, un pan hecho con trigo, avena, mantequilla y huevos, ligeramente endulzada.
Tradicionalmente se comen con crema montada y mermelada, aunque existen con moras, chocolate o incluso frutos secos. La versión original era redonda, aunque hoy se encuentran triangulares.
Primos lejanos son los shortbreads, unas galletitas hechas solamente con azúcar, mantequilla y harina. El sabor es neutro y marida perfecto con la hora del té.
Las colonias británicas
Los siglos 16 y 17 fueron muy productivos para los ingleses. Tenían control sobre territorios en todos los continentes y claramente eso enriqueció su cultura gastronómica.
Al caminar por las calles de Londres se ve mucho del mestizaje que provocó la colonización en esos tiempos. Hay quien afirma que los mejores lugares para comer comida india están, paradójicamente, en Inglaterra.
Las exploraciones a lugares desconocidos también hicieron que algunas tradiciones migraran a Inglaterra. Aunque herencia egipcia, hoy la cerveza de este país es de las más reconocidas mundialmente.
Por su parte, Escocia tomó ventaja de las técnicas de destilación de Medio Oriente; importaron los alambiques y comenzaron a producir Whisky, uno de los orgullos más populares de la isla.
El refinamiento del siglo XIX
A partir del año 1800, los británicos trabajaron por conservar las colonias que le quedaban y defender su territorio.
Una de las batallas más famosas fue contra el emperador Napoleón Bonaparte, quién perdió todo en Waterloo. La leyenda cuenta que a la par de este momento histórico nació el famoso Filete Wellington.
Arthur Wellesley fue nombrado duque de Wellington después de participar en la batalla de Waterloo y vencer a Napoleón.
En su honor se hizo el Filete Wellington, una caña de filete de res con un duxelle de hongos, trufa y cubierto en masa de hojaldre.
También contemporáneo a este platillo se hizo popular comer costillas de cordero con jalea de menta. Es incierto el motivo por el cual se comenzó a consumir esta extraña -pero muy ingeniosa- mezcla.
Para tener energías y comenzar el día como se debe fue a mediados de siglo que surgió el concepto de desayuno inglés o English Breakfast.
Se trata de un plato con frijoles, huevo estrellado, pan frito, salchichas, papas estilo hash brown, tocino y champiñones. ¡No nos queda la menor duda de dónde surge la energía para sobrevivir a un arduo día de trabajo!
Eso sí, cuando no había tiempo para preparar todo eso se instauró la costumbre de desayunar porridge; este platillo es el antecesor de la avena preparada que aún se consume en gran parte del mundo.
Revolución industrial y culinaria
Las técnicas culinarias comenzaron a evolucionar junto al resto de las industrias y la manera de comer cambió; debía adaptarse a la nueva forma de trabajar de la gente.
A principios de siglo comenzó la tradición de comer Fish n’ Chips o pescado con papas, que es lo mismo.
Las papas en fritura profunda son influencia de Holanda y conforme fue pasando el tiempo se creó un platillo en donde las acompañara un pescado rebozado.
Este es, quizás, el platillo inglés más popular. Para mejorar la experiencia se acompaña con salsa tártara.
El fish and chips ha sido un platillo compañero de personajes como Winston Churchill que se refería a él como “las buenas compañías” y John Lennon era aficionado a comerlo pero con salsa cátsup.
Bienvenida la cocina de vanguardia
Aunque haciendo poco ruido, la cocina británica está muy bien posicionada por los desarrollos tecnológicos que han implementado personajes como el chef Heston Blumenthal, el personaje más relevante de la culinaria inglesa de la actualidad.
La revolución comenzó con una propuesta muy atrevida para su tiempo, hace una década.
Se trataba de un helado con sabor a huevo revuelto con tocino hecho con nitrógeno.
En The Fat Duck, Blumenthal ofrece un menú muy inglés con técnicas de vanguardia.
Aficionado a la ciencia y a explicar los por qués de la cocina, Blumenthal participa en foros de ciencia y gastronomía como Brainy Tongue.
A Heston Blumenthal lo han seguido personalidades como Jamie Oliver y es contemporáneo del controvertido consultor gastronómico y chef Gordon Ramsay.
