Este año empezar la dieta puede ser más sencillo de lo que pensabas. La respuesta está en el sistema de cultivo de los pueblos prehispánicos mexicanos que sigue vigente hasta hoy y cuyos ingredientes puedes encontrar prácticamente en cualquier lugar.
Hablamos de la milpa, un policutivo donde conviven maíz, frijol, chile, tomate, calabaza y hierbas silvestres llamadas quelites.
Cada planta aporta diferentes nutrientes al suelo, mismos que ayudan a las demás para hacer un sistema alimentario completo y equilibrado.
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Hacer policultivos es sustentable para el entorno, pues se generan espacios de coexistencia entre plantas.
El maíz, el personaje principal del sistema milpa, utiliza el nitrógeno que dejan las matas de frijol para completar su contenido proteico.
Las calabazas, con sus enormes hojas, retienen el agua en la tierra e impiden la sequía.
El chile desprende capsaicina, el elemento responsable del picor y de alejar a los animales y las plagas del cultivo.
Desde la domesticación del maíz, los pueblos mesoamericanos comenzaron a desarrollar el cultivo de milpas como un sistema integral y productivo a través del tiempo.
La magia también sucede en el momento en que todos los elementos se combinan en un platillo. Esta sinergia de ingredientes no solo es benéfica para el suelo, sino para la nutrición humana.
En las milpas se han integrado diferentes especies como el amaranto, epazote, chayote y muchas variedades de quelites, y también se consideran ‘de casa’ el nopal con sus tunas y los agaves.
Es fácil reconocer que este sistema tiene de todo: carbohidratos complejos en el maíz; carbohidratos simples en las tunas, aguamiel y calabazas; proteínas en frijoles; y vitaminas y minerales en chiles y tomates.
Por si acaso hay necesidad de regular el azúcar en la sangre, los nopales son los encargados de hacerlo.
Puedes iniciar la dieta de la milpa sustituyendo los productos derivados del trigo -como pastas y pan- con tortillas y productos hechos de harina de maíz.
Eliminar el gluten ayudará a que te desinflames más rápido sin descompensarte.
Si eres de los que toman licuados verdes por las mañanas agrega quelites. Hay varias especies y cada una aporta propiedades únicas, además de darle un sabor completamente distinto a tu bebida. Algo que no puede faltar son los nopales en crudo, que nivelan el azúcar en el torrente sanguíneo.
Puedes recurrir a las tunas dulces y edulcorantes provenientes de agave como la miel de maguey si extrañas el azúcar.
Agrega guarniciones ricas a tus comidas. Para evitar grasas prepárate una ensalada tibia con granos de elote, calabaza y tomatillos de milpa. Aromatízala con epazote o con hoja santa, perfecta para acompañar proteínas como el pollo.
En lugar de consumir barras energéticas opta por el amaranto, un ingrediente que ayuda a absorber grasas y aportar energía de manera inmediata.
Hoy en día es muy común que los ganados sean alimentados con mezclas de granos y maíz, por lo que si provienen de lugares certificados puedes tener acceso a proteínas animales que se alimentan de la misma manera.
Comer alimentos de milpa es evocar y rendir homenaje de alguna manera a los agricultores mexicanos.
2019 también es un momento de reflexión en el que más allá de la estética debemos velar por la nutrición y la sustentabilidad de nuestro entorno.