Admitámoslo, ya estamos grandecitos y hay que aprender a resolver problemas de todos los días.
Nunca valoras tanto tener habilidades culinarias hasta que las consigues; te pueden ayudar simplemente para no morir de hambre o comer horrible.
Te tenemos algunas que consideramos básicas para todo adulto -y más si ya vives solo-.
Ya no estamos en edad de solo desayunar un plato de cereal con leche. Quizá el ritmo de la vida cotidiana no permite que cocinemos un manjar todos los días, pero por lo menos merecemos una avena bien hecha o unos huevos revueltos más que decentes.
Para hacer un desayuno adulto hay siete habilidades básicas que, creemos, debes dominar; desde saber hacer un buen café hasta unos waffles, hot cakes y pan francés de campeonato.
Destina un día de la semana -los domingos son perfectos- para practicar tus habilidades culinarias mañaneras.
Te ayudamos:
En todo hogar mexicano no puede faltar un buen plato de frijoles por deliciosos y nutritivos. Esta leguminosa es una excelente fuente de proteínas y carbohidratos, por ello, las dietas veganas la incorporan en una enorme variedad de platillos.
Cocinarlos vale la pena y la buena noticia es que no necesitas una olla exprés, solo tiempo.
¿Cómo saber cuando ya están bien cocidos? Toma un tenedor y machaca un frijolito. ¿Se deshace? ¡Ya está!
Después de este procedimiento tus frijoles están listos para cocinarse con lo que quieras (sal, jitomates, chorizo, etcétera).
Para inspirarte:
Lo más básico de todo. No vale de nada si eres un experto catador de vino si no sabes quitarle el corcho a la botella.
El primer paso es conseguir un buen sacacorchos.
Los más comunes son los de palanca (los que utilizan los meseros en todos los restaurantes). Estos tienen su maña e incluso los sommeliers reciben capacitación específica para su uso.
Lo básico que debes saber es que una vez clavado el espiral hay que utilizar los dos pasos que tiene para sacar el corcho sin romperlo.
Es más sencillo que te inicies con un sacacorchos de alas, cuyas palancas laterales te ayudarán a cumplir tu misión más fácil. Cada vez hay más opciones que facilitan el trabajo de abrir tu botella de vino pero ¡qué bonito se ve cuando se hace con estilo!
Si supieras lo sencillo que es hacer caldo de pollo y la cantidad de usos que puedes darle, estamos seguros de que sería la base de tu alimentación. El principio es el siguiente:
El caldo de pollo es de lo más versátil. Se puede comer solo como sopa o también licuados con otras verduras, agregar crema y tener otra opción.
Para hacer salsas y gravieses una base muy buena para dar sabor, profundidad y consistencia.
Si quieres más detalles de su uso chécate:
¿Dominguito de convivencia? Aviéntate una carne asada, es un plan al que nadie le hace el feo porque se puede ser creativo, comer bien y no es nada difícil.
De hecho, lo complicado para muchos es el previo a toda la experiencia gastronómica: prender el carbón.
Entre todos los trucos, tenemos una guía básica y fácil para encender el carbón para tu carne asada.
Pocas cosas son tan frustrantes como comprar frutas o verduras en el mercado que en el momento se ven hermosas y pasado uno o dos días ya no sirven.
Para que no te vean la cara, te platicamos de algunos grupos de vegetales y cómo reconocer las mejores frutas y verduras para elegirlas correctamente.
Siendo tan barato, saludable y llenador, resulta un privilegio saber prepararte tu arrocito para acompañar tu caldo de pollo o como guarnición.
Algo que debes saber es que hay muchas variedades y el resultado de tu platillo depende completamente de la que uses.
Si quieres facilitarte la vida compra arroz precocido; si quieres hacer de verdad, cómpralo en crudo.
El coco de todos los que preparan arroz por primera vez es evitar que se bata y quede una consistencia horrible.
Te damos un par de tips:
Algo que debes saber es que no todos los vegetales tienen el mismo tiempo de cocción ni el mismo resultado con el mismo método.
Te damos una pequeña explicación de cuánto tiempo se deben cocinar los vegetales, el secreto para que queden al dente y también, como bonus, un manual de los métodos básicos de cocción.
El horno es un gran aliado en la cocina; tiene muchas más utilidades que almacenar los refractarios y moldes para pastel.
Utilizarlo puede intimidar por miedo a que el gas haga de las suyas y explote, pero si tienes cuidado, es muy difícil que eso suceda.
Te recomendamos tener un encendedor de cuello largo, así evitarás cualquier riesgo de accidente o quemadura.
La clave del éxito con el horno consiste en cocinar los alimentos el tiempo exacto. Para eso, sigue tu intuición, las recetas y ten a la mano un termómetro que te indique la temperatura para que tengas más o menos idea de lo que sucede ahí dentro.
Fácil: a la derecha del plato van los cuchillos con el filo viendo hacia la izquierda y, a un lado, la cuchara; a la izquierda del plato se coloca el tenedor; y en la parte superior derecha, las copas o los vasos.
Esta es la manera más sencilla de poner una mesa de manera cotidiana, pero las cosas se complican cuando decides sacar el mantel largo, la vajilla completa y el juego de copas que te regalaron tus padres cuando dejaste el nido.
No enloquezcas, aquí está la respuesta: