En México, pensar en té es pensar en manzanilla o tila. Sin embargo, sorprendentemente, esas son infusiones, no tés. Esta bebida y sus variedades –blanco, verde, oolong, negro y pu-erh– solo pueden obtenerse de un árbol llamado camellia sinensis, originario de China.
Hoy, Japón, India y Taiwán también son productores de té, aunque China sigue siendo el rey.
Aunque parece increíble, en México ya se empezó a plantar camellia sinensis para la producción de esta bebida. El responsable de traer este árbol a nuestro país fue el director académico de la Academia Mexicana de Té y dueño de Shaktea, Fernando Gaitán.
Después de hacer un viaje de seis meses por Asia y visitar en China la feria de té más importante del mundo, Fernando comenzó a desarrollar la idea no solo de traer té listo para vender a México, sino de plantar camellia sinensis en territorio nacional.
En 2012, Fernando trajo mil plantas de Japón, pero solo sobrevivieron tres; después viajó a China para que le enseñaran a reproducir las plantas de manera natural (sin químicos ni mutaciones genéticas) y, posteriormente, un maestro de té visitó México para estudiar el clima y la tierra.
Chiapas, Veracruz y Oaxaca, principalmente, son los estados del país considerados aptos para el desarrollo de plantaciones de camellia sinensis, pues el clima de la sierra en México es parecido al de las montañas en China, además de que sembrar el árbol arriba de los mil metros sobre el nivel del mar produce un té de altura.
Gaitán calcula que en aproximadamente tres años, la camellia sinensis assamica -la varietal que desarrolla- estará lista para traspasarse a tierra; por el momento, es cultivada en invernaderos hidropónicos.
Así, explica, México se convertirá en un país productor de té de calidad que, además, generará empleos en algunas de las regiones de México más desfavorecidas.
Actualmente Argentina es uno de los pocos países en Latinoamérica que tiene plantaciones de camellia sinensis, pero casi toda su producción es industrial y su destino final son los sachets (o bolsitas) que se venden en los supermercados. En realidad, el proyecto de Fernando Gaitán es el primero que producirá té de calidad y altura en México.
El árbol del té es tan resistente que puede sobrevivir a temperaturas bajo cero o a climas tropicales, como el mexicano.
Hace siglos, los británicos llevaron el árbol del té a la India y posteriormente se encontró en países como Japón y Taiwán. El robo de camellia sinensis en China era tan serio que incluso se degollaban a las personas que intentaban sacar la planta del país. Aún hoy está prohibido sacar camellia sinensis de China, solo que el castigo ya no es cortar cabezas.
En épocas recientes, Hawaii comenzó a experimentar con plantaciones de camellia sinensis por su excelente clima y suelo. También hubo plantaciones en California, Estados Unidos, que pintaban para ser un éxito porque llevaban más de 30 años sobreviviendo, pero fueron destruidas en 2017 por los graves incendios que azotaron el estado.
Para que una plantación de camellia sinensis se considere seria se necesitan alrededor de 100 mil árboles en 10 hectáreas. Importar cada planta tiene un costo aproximado de 10 dólares, por lo que la inversión no es menor. Así que ¡bienvenidas las plantaciones!