En medio de la Sierra Otomí se encuentra Cervecería Artesanal Amalias, ubicada en Amealco de Bonfil, Querétaro, uno de los 18 municipios de esa entidad. Aquí es donde un proyecto familiar emprendido por Francisco de Landeros en el año 2009.
La cerveza que producen en Amalias tiene un toque especial, ya que -en este verde lugar- la chela es un homenaje a México y, al mismo tiempo, para la producción se valen de la naturaleza donde el agua, el clima y las hierbas y flores silvestres del lugar son los ingredientes ideales para producir su cerveza estrella: Pacha Mana.
Amalias, fue bautizada así debido al nombre de su hija Amalia quien -cuando era niña- pasaba los días cortando las flores silvestres del rancho de su abuelo para después mezclarlos con la malta, lúpulo y dar origen a la cerveza que se llevó el bronce.
Uno de sus principales puntos de venta fue en el restaurante La Guapachosa, el cual tuvo que cerrar después del sismo del pasado 19 de septiembre de 2017. “Bajamos muchísimo la producción desde que cerramos, ahí estábamos vendiendo 100 litros a la semana y casi 500 litros al mes”
De acuerdo con Francisco, en la Guapachosa vendían de 2 mil 500 a 3 mil litros, sin embargo lo máximo que él produce son hasta 5 mil o 6 mil litros de acuerdo a la demanda, y temporada. En verano produce de 3 mil 500 a 4 mil litros, mientras que en invierno logra producir 2 mil 500 litros.
Son varias las acciones que en Amalias emprenden respecto al cuidado del agua, básicamente ya que, tal y como lo dijo el maestro cervecero “nosotros utilizamos el agua tal y como viene de la naturaleza, agua de manantial”.
De acuerdo con Landeros, algunos cerveceros necesitan agregar ciertas sales al agua, generando contaminación porque estás gastando agua o tirándola, cuando es mucho más fácil saber de qué forma es tu agua y cómo la compensas.
Por ello, en Amalias, el 70% de sus chelas contienen el agua como viene, “adaptamos el estilo de cerveza y la receta con al agua que tenemos”.
Otra de las acciones que tienen en protección al ambiente es todo el grano mojado que queda y el cual usan para dárselo a los animales, mientras que la mayoría de las cervecerías solo lo tiran a la basura. Para tener una idea de la basura que resulta, por cada 500 litros de esta chela quedan alrededor de 100 kilos de grano mojado que se convierten en 180 kilos con el líquido escurriendo y los restos.
“En el rancho se lo damos a los animales, entonces, ellos se comen esto, saco el estiércol y el estiércol va a la lombriz, la lombriz se lo come (composta) y va a las plantas. Decimos nosotros que tenemos un círculo cerrado, osea de la malta que usamos para cada una de las cervezas ni un gramo de eso se fue a contaminación”.
Esto también es algo importante, tratamos de apoyar a todo tipo de productores pequeños, como estas tostadas que son de una amiga de Ciudad Guzmán que produce también tostadas como con linaza, ajonjolí, chía y algunas nopal o chile mirasol.
A Cervecería Amalias los distinguen tres peculiares estilos de chela: Ambar, Tezontle y Obsidiana. La cerveza Tezontle (red ale) era conocida como la piedra de fuego para los aztecas y adquiere una tonalidad rojiza ya que la preparan con piloncillo y chiles secos.
La cerveza Ambar (pale ale) que en náhuatl quiere decir espuma de agua, está hecha a base de miel y manzanilla; mientras que, la cerveza Obsidiana (stout) es la más fuerte conocida los sacrificios que con ella se realizaban, está hecha a base de café de olla, canela, vainilla y cacao orgánico.
De esos tres estilos, Landeros metió a concursar dos chelas en 2015: Tezontle, red ale con 4.8% de alcohol obteniendo plata y la Pacha Mana, chela de especialidad por ser de temporada, llevándose el bronce dentro del concurso Cerveza México.
“Metemos nuevos estilos, en invierno metemos una winter ale, la belga la dejamos para verano, como de temporada y la Pacha Mana de flores también va para cada verano y, de repente metemos alguna jamaica, según lo que nos llegue”.
Probar, saborear y disfrutar una Pacha Mana es sentir una explosión floral en el paladar, y no se trata de cualquier sensación ya que en Cervecería Amalias tienen esta chela de temporada debido a que las flores y hierbas que usan par su preparación solo florecen en verano.
Hierbas como pericón, lavanda, cedrón -en conjunto- estas hierbas y flores le aportan un perfil diferente a la cerveza porque es muy floral. “La turbidez que tiene es por las hierbas que la contienen”.
Para disfrutar de estas chelas no tienes que viajar hasta Querétaro ya que, a pesar de que La Guapachosa cerró sus puertas existe otra opción para probarla y se trata de Xola 1056, a dos cuadras de la estación del metro Etiopía en la Ciudad de México.
Aquí, no solo pasarán un buen rato con tus amigos sino también disfrutarán de los platillos gourmet, a base de mariscos que el chef tiene preparados para una noche de chelas con precios accesibles.
Facebook: @cerveceriaamalias