Si queremos analizar una cerveza, no podemos simplemente echarnos un trago, eructar y decir “yum yum, me gusta” o “quítenme esta basura de la vista, por favor”. A pesar de que la degustación es un arte individual, hay unos pasos que nos llevarán a degustar la cerveza como un profesional.
Y quién mejor que los miembros del Beer Judge Certification Program (BJCP) para iluminarnos y enseñarnos sobre este tema. Ellos conocen la cerveza, saben apreciarla. Y todo empieza con un método de evolución de 7 sencillos pasos que a continuación describiremos. ¡A tomar nota, amiguitos!
Agarra tu cerveza y sírvela en un vaso limpio. Cualquier vaso servirá, pero uno estilo tulipán será mejor. Si hay mucha carbonatación, inclina el vaso para asegurarte de que la cabeza de la cheve (o sea, la espuma, ya deberías saberlo…) no sea demasiado grande. Si la carbonatación es baja, vierte la cerveza directamente en el centro del vaso para agitarla lo suficiente y generar espuma.
El 90-95% de lo que experimentas es a través del sentido del olfato. Primero, agita tu chela suavemente en el vaso, esto extraerá aromas, ligeros matices y aflojará y estimulará la carbonatación. Inhala varias veces. Puedes calentar la cerveza con tus manos para liberar más aromas si lo crees necesario. Inhala de nuevo.
Sostén tu vaso de cerveza y checa su color. ¿Es dorado? ¿Marrón casi negro? ¿Turbia? Mira la espuma. El cuerpo. Contémplala.
Después de maravillarte un rato con su belleza en el paso anterior, agítala de nuevo y pon tu nariz en ella. Ahora la cerveza estará más agitada y más caliente, identifica las diferencias en los aromas.
Finalmente es hora de darle un traguito. Toma un sorbo pequeño pero no lo tragues de inmediato. Déjalo vagar y explorar toda tu boca, que golpee tus labios, encías, dientes y todo alrededor de tu lengua.
Deja que tus papilas gustativas hablen. Traga el sorbo manteniendo la boca cerrada y exhala por la nariz. Toma nota de los sabores iniciales, intermedios y el regusto (malamente llamado retrogusto). Intenta detectar dulzura, sabores salados, ácidos y amargor general. Explica qué son, o a qué se parecen.
Toma otro sorbo, esta vez centrándote en el cuerpo de la cerveza. Compárala con otras cervezas del mismo estilo que has probado antes. ¿Ligero? ¿Medio?
Relájate. Disfruta la cerveza y el momento. Huele la cerveza de nuevo y pruébala otra vez. Y así hasta que se acabe.
Este texto es original de La Buena Cheve, un blog especializado en cerveza. Consulta aquí este y otros contenidos.