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Postres que engañan al ojo: la increíble repostería de Cédric Grolet

Por Animal Gourmet

Hacer postres puede ser un verdadero arte. Basta con observar las maravillas del chef francés Cédric Grolet –nombrado el mejor repostero del mundo en 2018 por The World’s 50 Best– para creerlo. En los postres de Cédric hay belleza, técnica y sabor.

Grolet empezó a hacer postres desde que tenía 13 años porque sus abuelos tenían un restaurante en el este de Francia; lo que más recuerda de esa época son los snacks saludables de su madre: frutas frescas, jugosas, directas de árboles que crecían cerca de su hogar.

Engañar al ojo, el arte de Cédric Grolet

Esas frutas viven en el arte de Cédric Grolet, reconocido justamente por crear postres que semejan frutas frescas y jugosas, con un manejo excepcional de texturas. Fresas, limones, naranjas…

“Intento crear postres con la menor cantidad de azúcar posible y en los que el sabor natural predomine sobre todo”, dice Grolet, quien sigue el ejemplo del famoso chef francés Alain Ducasse, uno de sus maestros. “Es muy importante para mí demostrar lo que la naturaleza ofrece a través de la creación de postres basados en las estaciones y los productos disponibles por temporadas”.

Uno de sus postres más famosos es el limón. Creado con cuajada casera de limón, limones escalfados, chocolate blanco, ganache de yuzu y una cobertura de limón amarillo. Para imitar la piel de esta fruta, Grolet usa un spray de limón y azúcar y finaliza el postre con un aerógrafo con pintura comestible dorada.

Cédric Grolet es un maestro de la técnica francesa denominada trompe-l’oeil, que significa “engañar al ojo”, precisamente porque sus creaciones engañan al comensal y lo hace pensar que tiene frente a sí una fruta y no un postre que a la primera cucharada revela su suavidad y un relleno exquisito.

Actualmente, Grolet es jefe de repostería en Le Meurice de Paris y lidera la boutique pastelera Le Meurice’s Pastry.

“No solo tengo que hacer postres, ahora tengo que hacer los mejores postres del mundo, superarme y ser mejor”.

Grolet también recrea postres clásicos ultrafranceses como la tarta de manzana. Esta creación geométrica requiere mucho tiempo, paciencia y técnica para que quede absolutamente perfecta.

Otro de sus postres emblemáticos –además de las frutas- es el cubo de Rubik. Está elaborado con 27 pastelitos individuales con diferentes texturas, sabores y colores que finalmente componen un solo postre.

El arte de Cédric Grolet lo encuentras en su libro Fruits y también en sus redes sociales como su cuenta de Instagram.