Se sabe que el cognac –o coñac– era una de las bebidas favoritas de Napoleón Bonaparte. Esta “agua de vida” parte de un vino blanco que posteriormente se destila en cobre y se añeja en barricas de roble francés durante, mínimo, dos años.
Como toda bebida con denominación de origen, el cognac solo puede elaborarse en Francia, específicamente en alguno de los seis territorios de la región de Cognac, a tres horas de París en tren.
Para conocer los secretos del cognac es posible viajar a las entrañas de la región y conocer los viñedos y las destilerías que producen esta maravilla. Hennessy, uno de los productores más conocidos de este destilado –además de Martell, Camus, Remy Martin, Courvoisier o HINE-, ofrece un tour llamado “From the vine to cognac”, el cual varía según las estaciones del año.
Las experiencias comienzan en la bodega Chai des Pavillons, donde los asistentes aprenden sobre la historia de Hennessy. Para los que visitan el lugar en primavera-verano, la experiencia se centra en el ciclo de crecimiento de las vides.
El buen tiempo hace posible asistir a los viñedos, conocer a las personas que los cosechan y aprender sobre el proceso de vinificación, la calidad del suelo y las variedades de uva que se dan en la región vinícola de Cognac. A partir de ahí, la visita continúa en la destilería Le Peu para explorar las técnicas de destilación de la marca.
Si lo visitas en otoño-invierno, la experiencia se centra en el proceso de destilación del “agua de vida”, donde el cobre, la madera, el ladrillo y el fuego hacen su magia. Los maestros destiladores charlan sobre su experiencia y detallan los pasos clave de este proceso que transforma y da identidad a la bebida.
Después de estas experiencias, la visita sigue con una travesía en barco por el río Charente para visitar la bodega Chai de la Faiencerie, el sitio histórico para el añejamiento de las aguas de vida; luego, por supuesto, la degustación de coñacs en diversas etapas del proceso de envejecimiento.
Paradójicamente, si bien la región donde nació esta bebida es francesa, fueron algunos ingleses e irlandeses quienes le dieron un sello distintivo a su historia. Tal es el caso del irlandés Richard Hennesy, quien desde 1765 estableció en Cognac su emporio de producción de brandy.
Por cierto, la diferencia entre brandy y cognac radica en la región que se produce y en la forma en que se embotella. Los artesanos de Cognac crearon una botella típica y una copa en forma de tulipán ligeramente ensanchada en la base, para que el líquido “respire” cuando se sirva, lo que ayudará a desplegar toda la gama aromática contenida en el licor.