El agua simple es vital, pero cuando se trata de una bebida llena de burbujas, la acción se vuelve más placentera.
El agua carbonatada es buena acompañante de cualquier tipo de comida cuando se le agrega una rodaja de limón o cualquier otro cítrico, además es excelente alternativa para sustituir el gusto dulce por el refresco, ya que tiene cero calorías. Si a alguien tenemos que agradecerle su existencia es al científico Joseph Priestley, su creador.
En 1767, Joseph Priestley, científico, teólogo y filósofo británico, descubrió un método para infundir agua con dióxido de carbono. En realidad sucedió por accidente después de que el científico dejara un recipiente con agua sobre una cubeta de cerveza fermentada en una destilería. Joseph descubrió que el agua había adquirido un agradable sabor (del aire de levadura y cerveza).
Posteriormente, en 1772, Priestley publicó un trabajo titulado “Impregnación de agua con aire fijo”, en el cual describe el goteo de “aceite de vitriolo” (ácido sulfúrico) en tiza para producir gas de dióxido de carbono y alentar al gas a disolverse en un recipiente agitado. Priestley se refirió a su invención como el descubrimiento “más feliz”.
A fines del siglo XVIII, el empresario alemán Johann Jacob Schweppe desarrolló un proceso para fabricar agua mineral carbonatada basado en el proceso descubierto por Priestley. Sus investigaciones dieron como resultado un procedimiento industrial para la elaboración de bebidas carbonatadas creando la compañía Schweppes en 1783.
El agua mineralizada contribuye a satisfacer las necesidades diarias de minerales que el organismo necesita. A diferencia del agua mineral natural, al agua mineralizada o carbonatadase le añade dióxido de carbono. La composición de esta agua supera los 600 mg/l en bicarbonatos y tiene un efecto neutralizante de la secreción gástrica, por lo tanto estimula la digestión. Sin embargo, a pesar de ser un trago de beneficios para algunos -ayuda a reducir los niveles de colesterol malo y aumentar los buenos, además de aportar minerales-, puede ser factor de riesgo para personas con problemas de hipertensión, diabetes o con problemas renales, esto se debe a que el dióxido de carbono se convierte en ácido carbónico que puede dañar otros minerales del organismo y su correcto funcionamiento.
Solo hay que agregar un poco de fruta al agua, dejar reposar y servir bien fría, de esta forma el líquido se impregnará del sabor de la fruta sin llegar a ser pesada.
El chef Alfredo Oropeza nos comparte esta receta para que la recrees en casa, además es apta para celiacos, veganos, vegetarianos, hipertensos.
La sangría es una bebida elaborada a base de vino (blanco, tinto o rosado), frutas y jugo y es una gran opción para servir a tus invitados durante una comida, sobre todo si quieres que te rinda el vino para toda la tarde.
Esta fresca maravilla lleva un licor italiano llamado Aperol –hecho de naranja amarga, ruibarbo, genciana y otras hierbas-, vino espumoso italiano y agua mineral.