Tras un descenso prolongado a nivel mundial, ahora el hambre parece estar aumentando de nuevo. Para ser claros: Si hace un año el 10,6% de la humanidad pasaba hambre, hoy es el 11%.
Según la nueva edición del informe anual de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición, vuelve a aumentar el hambre en el mundo, afectando a 815 millones de personas en 2016. Esta es la primera vez que UNICEF y la OMS se unen a la FAO, el FIDA y el PMA para preparar el informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo. Este cambio surge, en parte, por el panorama más amplio y claro de la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sobre el hambre y todas las formas de malnutrición.
El informe es la primera evaluación global de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición que se publica después de de adoptar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo es acabar con el hambre y todas las formas de malnutrición para el 2030 como una de las principales prioridades de las políticas internacionales.
Principalmente, el informe destaca que factores como la proliferación de conflictos violentos y el cambio climático intensificaron el hambre durante 2016, de 38 millones de personas más respecto al año anterior. También apunta que se estima que en 2016 el número de personas aquejadas de subalimentación crónica en el mundo aumentó hasta los 815 millones (en comparación con los 777 millones de 2015).
A nivel mundial, la prevalencia de desnutrición infantil crónica bajó del 29,5% al 22,9% entre 2005 y 2016, aunque todavía hay 155 millones de niños menores de cinco años, afectados por este trastorno. Es un hecho que sigue disminuyendo, sin embargo el ritmo de la mejora se ha ralentizado en diversas regiones.
Del lado contrario, existen múltiples formas de malnutrición, y hay países que registran de forma simultánea elevadas tasas de desnutrición infantil, anemia entre las mujeres, y obesidad adulta. Estos problemas se ven agravados por el
aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad. El exceso de peso y la obesidad aumentan en la mayoría de las regiones, en el caso de los niños, y en todo el mundo en el caso de los adultos. En 2016, 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso.
Sin ser pesimistas, lo grave aun no termina; la situación de la seguridad alimentaria ha empeorado en determinadas zonas del África subsahariana, Asia sudoriental y Asia occidental, debido a conflictos que han aumentado. Los conflictos, acrecentan por perturbaciones relacionadas con el clima, afectan considerablemente a la seguridad alimentaria y son, en gran parte, los responsables del reciente aumento de la inseguridad alimentaria.
Específicamente, esta hambruna golpeó distintas zonas de Sudán del Sur durante varios meses a principios de 2017, y existe un grave riesgo de que vuelva a producirse allí, así como de que aparezca en otros lugares afectados por conflictos, en especial el noreste de Nigeria, Somalia y Yemen.
El objetivo en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, apunta que el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017, marca el inicio de una nueva era en el seguimiento de los progresos hacia el logro de un mundo sin hambre y malnutrición.
A pesar de las expectativas positivas, el presente informe contrapone ha comunicado la advertencia clara de que será difícil lograr el objetivo de un mundo sin hambre ni malnutrición para ese tiempo. Lograrlo exigirá renovar los esfuerzos mediante nuevos métodos de trabajo.
Hambre y seguridad alimentaria
Distintas formas de malnutrición