En el mundo de los llamados superalimentos hay una nueva protagonista: la espirulina, ese “ingrediente” muy verde que vemos en polvo o en pastillas y que añadimos a batidos, sopas y hasta postres.
¿Qué es? En realidad, la espirulina es un alga muy rica en nutrientes y antioxidantes como beta caroteno y zeaxantina, selium, zinc, vitamina C, vitamina E y complejo B. Además, es baja en grasas saturadas, en calorías y aporta ácidos grasos esenciales que no se encuentran en la carne y los lácteos.
Una de sus mayores virtudes es ser una fuente excelente de proteínas, por lo que es un suplemento maravilloso para las personas con dietas veganas y vegetarianas.
La espirulina también tiene otros beneficios:
Puedes tomar la espirulina para mejorar tu condición física y tu salud
Colocar todos los ingredientes en una licuadora. Licuar hasta que quede una mezcla homogénea y servir.
Cortar los plátanos en trozos y colocarlos en la licuadora o procesador de alimentos. Mezclar hasta obtener una pasta densa. Con el motor aún funcionando, agregar la leche poco a poco. Después, añadir la espirulina y mezclar hasta que esté bien combinada con el plátano.
Servir en un tazón y decorar con todos los ingredientes.
Meter todos los ingredientes a la licuadora. Probar constantemente para verificar que la mezcla no esté demasiado amarga ni demasiado dulce. Si está demasiado amarga puedes añadir más miel de maple o jugo de limón.
Verter la mezcla en moldes de paletas.
Para sacar las paletas, llenar un tazón con agua caliente. Ahora poner los moldes sobre el agua caliente; cuidar que el agua no toque el contenido de las paletas, solo el molde. Dejar 10 segundos y retirar. Repetir la operación hasta que todas las paletas hayan salido.
Ahora colocarlas sobre papel pergamino individual y meter al congelador.