Los días están como para quedarse en casa y hornear un buen pastel para acompañar con una tacita de café o del té que prefieras.
Deja que tu guía sea el libro Pasteles al sartén, editado por Larousse, el cual incluye 30 recetas de pasteles dulces y salados que puedes cocinar directamente en una sartén sin necesidad de encender el horno.
Lo más recomendable es utilizar sartenes de hierro fundido a fuego bajo sobre la hornilla de la estufa. También funcionan las sartenes antiadherentes con fondo grueso y hondo, de esta forma podrás despegar los pasteles fácilmente sin usar tanta grasa. ¿No tienes? No te preocupes, puedes utilizar una sin fondo antiadherente forrándola con papel siliconado.
Si al finalizar el tiempo de cocción la superficie del pastel no está firme, retira el sartén del fuego y deja reposar el pastel tapado durante 15 minutos.
Pele las manzanas y córtelas en trozos.
Ponga sobre el fuego una sartén antiadherente con los 30 gramos de mantequilla; cuando se derrita, añada los trozos de manzana y las frutas rojas. Baje el fuego, espolvoree las frutas con las 3 cucharadas de azúcar y cuézalas durante 10 minutos mezclando ocasionalmente con una cuchara de madera. Retire del fuego e incorpore el extracto de vainilla.
Coloque en un tazón la mantequilla y el azúcar restante junto con la harina de trigo y el azúcar mascabado; mezcle los ingredientes con las yemas de los dedos hasta obtener una preparación de consistencia arenosa. Incorpore el muesli o la avena y la crema de almendra o de cacahuate.
Ponga sobre fuego bajo una sartén antiadherente, agregue la preparación anterior y cocínela, mezclándola ocasionalmente, durante 15 minutos o hasta que se dore de manera uniforme. Retire el sartén del fuego e incorpore las frutas al crumble.
Sirva el postre tibio acompañado de una bola de helado de vainilla.