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Ocho bebidas prehispánicas mexicanas que celebran el cacao

Por Sarah del Moral

“En las lluviosas selvas de Mesoamérica nacieron el primer cacaotero y el primer hombre maya que se resguardó bajo su sombra, utilizó sus granos como moneda y preparó con ellos la bebida de los nobles”. Así es la descripción del origen del cacao en la revista Artes de México en su número sobre el chocolate. “¿Hay prueba más clara de que entre los mayas y el cacao existía un vínculo profundo, casi una relación amorosa?”

Seguramente existía y sigue existiendo. El cacao mexicano se ha convertido en un tema recurrente por su reconocimiento en otros países y el impulso de investigadores mexicanos para dar a conocer sus cualidades. El arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma expone el triple valor del cacao como alimento, moneda de cambio y remedio medicinal, al igual que la “hermandad” entre el cacao y el maíz, pues el chocolate solía enriquecerse con maíz, especialmente en bebidas.

Estas bebidas tradicionales y ancestrales elaboradas con cacao han viajado hasta nuestras mesas esperando permanecer en ellas; algunas se han perdido con el paso de los años, pero aquellas típicas de regiones del sureste mexicano continúan espumosas y suculentas para encantar a quienes las prueban.

Pozol

Los chiapanecos acostumbran beber pozol para combatir el agotamiento de trabajos de alto rendimiento. Una jícara de pozol podía sustituir las propiedades de una merienda sin pasar una mínima sensación de hambre y sed. Esta bebida ancestral tiene raíces mesoamericanas  y es tradicional de los estados de Chiapas y Tabasco. Maíz y cacao son los ingredientes base del pozol; el cacao se tuesta y el maíz se nixtamaliza. Esta bebida y otras prehispánicas se deben batir a mano para que queden más sabrosas. También lleva hielo para hacerla refrescante a pesar de su consistencia espesa.

Tejate

Esta maravillosa bebida tiene como ingredientes al maíz, el cacao blanco, el mamey, rosita de cacao, ceniza y azúcar. El método de preparación se llama nicuanextle o nicuanestle, es todo un ritual utilizado en los estados de Oaxaca y Michoacán para remojar el maíz en agua y en ceniza del fogón. Una vez que el cacao está tostado pasa por un molino junto a las rositas de caco y la semilla de mamey, se mezclan todos los ingredientes a mano en una olla de barro y finalmente se endulza.

Popo

La base de esta bebida es el cacao; lo acompaña la canela, el arroz y el chupipi, una fruta que abunda en Veracruz y de la que se usa la raíz. Para la elaboración de la bebida, el primer paso es tostar el cacao para que resulte más espumosa, después se retira la cáscara, se remoja el arroz y se pica en pequeños trozos el chupipi; por último va la canela. Lo mejor es que puedas nixtamalizar el maíz y después pasarlo por un molino hasta que quede una pasta. Aproximadamente se le agrega un litro de agua a la pasta y se bate con la mano; en este momento se le agrega el azúcar y se bate con un molinillo.

Agua de Barranca

Los ingredientes son cacao, maíz, haba, canela, anís, azúcar y hielo. Los utensilios que se requieren para la elaboración de esta bebida son un cajete, un molinillo y una coladera. El agua de Barranca es tan querida que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de Zacatelco, ciudad en el sur de Tlaxcala. Esta bebida se reparte en las fiestas del 10 de Mayo, el Día del Padre, fiestas religiosas o cuando se antoja beber agua de barranca y cualquier actividad se convierte en celebración.

Chilate

Algunos dicen que es la mejor bebida de Guerrero, está preparada con arroz molido, cacao tostado y canela. Una vez que se hace una pasta con estos ingredientes se mezcla con agua, azúcar  y hielos y está lista para beberse. Ideal para el calor de Acapulco.

Tanchuca

Es necesario un molinillo para la preparación de la tanchuca, bebida de espuma muy espesa, tradicional de la región zapoteca de Oaxaca y Tabasco, la cual se obtiene con maíz y semillas de cacao pataxte.

Bupu

Considerada una bebida exótica de origen zapoteca que significa en español ‘espuma’, el bupu es tradicional de Juchitán de Zaragoza y está compuesta por un atole blanco que presume una suave espuma fría que es una mezcla de cacao, piloncillo y flor de mayo (“guiechachi” en zapoteco). Tradicionalmente se sirve en un plato de barro que conserva la consistencia y temperatura al combinar el atole tibio y la espuma fría.

Tascalate

Además de la fiesta, a esta bebida se le vincula con el amor por el color rojo y la intensidad del achiote. Tiene como base maíz tostado, cacao tostado y canela; conservando estos ingredientes en polvo, después se mezclan con el achiote, se le agrega agua y muchos hielos para refrescar. Hace algunos años el gobierno de Chiapas logró su denominación de origen, lo que permitió distribuirlo en pequeños empaques alrededor del país.