Según el sitio web Goop de Gwyneth Paltrow, el aceite de coco es casi una medicina milagrosa. La página dice que los beneficios del aceite de coco —orgánico y virgen, por supuesto— son “prácticamente interminables”: “Puedes usarlo en lugar del aceite vegetal convencional o en lugar de la mantequilla para hacer papas fritas, salsas y hasta recetas al horno extra saludables; es necesario para desintoxicar tu alacena y es delicioso”. Muchos otros gurús de ese estilo pregonan que sus beneficios van tan lejos como prevenir el Alzheimer o la obesidad. El aceite de coco está gozando sus 15 minutos de fama.
Pero esta semana, la American Heart Association publicó una alerta que dice que el aceite de coco no es particularmente bueno para su consumo. Nunca lo ha sido y sigue sin serlo. Según la declaración, la cual cita varias fuentes científicas, no deberías comer aceite de coco para nada.
El problema con el aceite de coco, según la AHA, es que el 82 por ciento de la grasa es saturada. Es un contenido de grasa saturada mayor a la mantequilla, la grasa de cerveza o incluso la manteca de cerdo. Como es una grasa saturada, el aceite de coco aumenta el colesterol LDL —ya sabes, el colesterol “malo”— y, por lo tanto, puede contribuir a las enfermedades cardiovasculares. La AHA quiere que sepas que las enfermedades cardiovasculares son “la primer causa de muerte mundial, contando 17.3 millones de muertes al año”.
Alice H. Lichtenstein, científico superior y directora del Laboratorio de Nutrición Cardiovascular de la Universidad Tufts, le dijo a MUNCHIES: “Gran parte de las evidencias, tanto de estudios de observación como de estudios de intervención, recomiendan reemplazar las grasas saturadas de origen animal, como la carne y los lácteos, por grasas no saturadas encontradas en aceites herbales, como la soya o canola. El aceite de coco proviene de un vegetal, pero pertenece a una clase diferente, los ‘aceites tropicales’. Éstos tienen un gran contenido de grasas saturadas. Por ende, el mejor consejo es sustituir el aceite de coco por aceite de otras plantas”.
La idea errónea de que el aceite de coco es saludable puede provenir de estudios anteriores relacionados con la pérdida de peso, donde se declaraba que los triglicéridos de cadena media (MCT) pueden acelerar el metabolismo. Pero el aceite de coco solo contiene una pequeña cantidad de MCTs —alrededor de 13 o 15 por ciento— y otros estudios demuestran que esa cantidad quizá no tenga impacto en la pérdida de peso. Como Marie-Pierre St-Onge, una investigadora asociada con el Centro de Investigación para la Obesidad de la Universidad de Columbia, NY, le dijo a MUNCHIES: “Si se consume la cantidad suficiente de ácidos grasos de cadena media, el consumo de energía y el control de peso mejoran. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el aceite de coco. Para obtener los mismos beneficios, teóricamente tendríamos que consumir 7.5 veces la cantidad de ácidos grasos de cadena media. No obstante, esa cantidad equivaldría a mucha más grasa saturada que la deseable para una dieta balanceada”.
En resumen: deberías limitar la cantidad de grasas saturadas que ingieres. En palabras de Marie-Pierre St-Onge, “En este momento, necesitamos más investigación sobre el impacto que tendrían pequeñas cantidades de aceite de coco para determinar si puede incorporarse de manera segura a una dieta sana. Hasta entonces, ¿por qué no escoger opciones comprobadas que poseen una larga historia aportando beneficios para reducir el colesterol?”
De regreso al aceite de oliva, amigos. Pero siéntete libre de poner aceite de coco por toda tu piel y cabello, si así lo quieres. “Puedes untarlo sobre tu piel, pero no ingerirlo”, dijo Sacks. Hemos escuchado peores ideas.