El cilantro y el perejil son hierbas aromáticas que más de uno ha confundido en los pasillos de los supermercados. En realidad, reconocerlos e identificarlos a la vista es muy sencillo.
Ambas son hierbas aromáticas que pertenecen a la familia de las apiáceas –por ello se parecen y son fácilmente confundibles- y tienen una presencia clave en la cocina mexicana. ¿Qué sería de nuestros taquitos al pastor sin esa mágica combinación de cilantro y cebolla?
Parte de la maravilla de estas hierbas es que son ricas en antioxidantes. El cilantro tiene propiedades antibacterianas y antimicrobianas, es alto en hierro, magnesio y fibra, mientras que el perejil contiene altos niveles de ácido fólico y vitaminas A, C y K.
Como ambas se consumen crudas, principalmente, es importante lavarlas adecuadamente bajo el chorro de agua fría y después sumergirlas en un tazón con agua y gotas con algún producto desinfectante.
Ahora sí, a continuación te damos consejos prácticos para que aprendas a reconocer el cilantro del perejil.
Observa con detenimiento. ¿Ya te fijaste que las hojas acaban en puntas redondeadas? Además, esta hierba suele venderse en mercados y supermercados con raíz.
Durante la época prehispánica existió en México algo parecido al cilantro que daba un toque especial a los tacos. Sin embargo, este ingrediente fue desplazado por el cilantro europeo con la llegada de los españoles a nuestro país.
Hoy no podemos imaginar nuestras salsas mexicanas sin unas ramitas de ese cilantro originario de la zona del Mediterráneo.
Mira, las hojas son más puntiagudas que las del cilantro, ¿ya viste? Ahora huélelo. El perejil tiene un aroma –y un gusto- más sutil que el cilantro, pero un color verde más intenso.
Siempre lo encontrarás sin raíces.