El pop-up de Noma en Tulum terminó. René Redzepi y su equipo regresaron a Copenhague llenos de México, de experiencias y amor por los ingredientes de este país.
Este proyecto no hubiera sido posible sin la participación de artesanos, productores y agricultores yucatecos del Taller Maya y Traspatio Maya, un par de redes que nacieron del programa de emprendimiento social de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, que busca impulsar el desarrollo social en comunidades mayas a través de proyectos productivos.
Entre todos los ingredientes mexicanos que Redzepi y su equipo utilizaron para preparar las cenas de Noma Tulum destacan la sal de Celestún, la miel de abeja melipona y el maíz yucateco, maravillas producidas por agricultores y productores de Traspatio Maya.
La sal de Celestún
Esta sal rosada se da naturalmente en charcas salineras de Celestún –a hora y media de Mérida- donde se almacena una gran cantidad de “alga halotolerante”.
La sal de Traspatio Maya es cosechada por productores, hombres y mujeres, que utilizan el mismo proceso artesanal que aprendieron de sus abuelos, una tradición que tiene más de 2 mil 500 años de antigüedad.
Actualmente, la Fundación Haciendas del Mundo Maya capacita a 10 productores de sal en Celestún y a 18 mujeres en tres comunidades de Yucatán para el envasado de la sal.
Miel de abeja melipona
Esta abeja es nativa de la península de Yucatán y su miel es tan preciada porque solo se puede extraer una vez al año.
Hoy, la Fundación Haciendas del Mundo Maya trabaja con tres comunidades yucatecas para el rescate de la abeja melipona y el desarrollo de meliponicultores y apoya a 25 personas con capacitaciones para este oficio.
Además, acompañan a los grupos en el aprendizaje del cuidado y la alimentación de la abeja, la importancia de la tradición que representa, sus usos medicinales y la conservación de la selva.
Maíz yucateco
La fundación colabora con los aliados del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) mediante el proyecto milpa sustentable en la península de Yucatán.
Actualmente se trabaja en 30 comunidades yucatecas por una producción de maíz más eficiente y un mínimo impacto ambiental.
