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Las mejores ciudades para foodies en el mundo

Por Sarah del Moral

Hemos elegido estas ciudades, aunque cuantas son elecciones más, así que iremos ampliando la lista. Si te gusta la gastronomía y tienes oportunidad de viajar a alguna de esta ciudades estás de suerte. Prepara tu tenedor y palillos. Esta es una guía de urgencia para gastrónomos modernos ¡Feliz viaje a un mundo lleno de sabor, olor y color!

Londres

Donde hay dinero se come bien, y si en alguna ciudad de Europa hay dinero es en Londres. Si a eso le añadimos la enorme diversidad étnica y cultural de la capital británica, la ecuación es perfecta. Ya sabemos que la culinaria inglesa no es apasionante, pero sí lo es la capacidad que los ingleses, faltos de buena cocina casera, han tenido para apreciar las mejores cocinas y vinos del mundo.

Si una palabra define gastronómicamente a Londres es variedad. Hay para todos los gustos y para todos los bolsillos, aunque ya sabemos que es una ciudad cara y eso se nota en las facturas de los restaurantes.

Entre nuestros lugares favoritos tenemos desde el modesto Hummus Bros del Soho al elegante The Ledbury, pasando por Story, A Wong, Yauatcha, Craft, Simon Rogan, Lyle’s Dabbous, Bao, Social Eating House, Barra Fina, Hoppers, Taberna do Mercado, Umu… Sin olvidar a los españoles Pizarro, Ibérica, Hispania, StreetXo, Eneko Atxa at One Aldwich, Sagardi, etc.

Copenhague

El crecimiento de la gastronomía de la capital danesa ha sido exponencial en los últimos años. El furor con que los jóvenes cocineros han impulsado la cocina, siguiendo el espíritu de Rene Redzepi y la aceptación que ha tenido ha provocado un fenómeno casi inaudito: los locales están fascinados por la nueva cocina y los extranjeros han convertido Copenhague en un destino gastronómico.

El resultado es una ciudad vibrante, con personalidad en la que suceden muchas cosas, fiel a su entorno, a su despensa y al sentimiento de cercanía y respeto por la Naturaleza común a todos los países nórdicos.

Este año no será posible comer en Noma, ya que cerrará sus puertas temporalmente para una renovación integral que incluye cambio de emplazamiento, pero se podrá conocer a su hermano pequeño 108, un bistró informal y encantador. También otras propuestas tan interesantes como la de Geist la gran barra del cocinero Bo Bech, Kadeau, Geranium, Reale, Manfreds, Stedsans, Studio, Amass, etc.

Madrid

La capital española -y sus alrededores- vive una insólita edad de oro gastronómica alimentada por la confluencia de varias generaciones de cocineros de gran nivel, una profunda transformación estética de los espacios  y un público local ávido de novedades. Cocina de fusión, de producto, regional, internacional… Madrid sigue siendo una ciudad abierta y acogedora en la que cabe de todo, y todo encuentra su lugar.

Locales informales, serios, canallas, caros, baratos, modernos, clásicos… Desde el bocadillo de calamares a los callos servidos en bandeja de plata, todo es posible en este caos infinito, burbujeante y delicioso en el que son posibles fenómenos como Amazónico, La Primera, El invernadero, Soy Kitchen, DiverXo, A’barra, Triciclo, Tiradito, Nakeima, D’Estage, Montia, La tasquita de enfrente, Sacha, Kabuki, Hortensio, Kappo, Taquería Mi ciudad, Bocadillo de champán y jamón, Carmen casa de cocidos,  99 Sushi Bar, Recreo, Punto MX, Sudestada, Asturianos, Alabaster, Surtopía, Desencaja, Fismuler, Bibo o Peyote San por citar un repertorio de lugares dispares

Brujas

Capital belga del chocolate (hay que visitar entre otras la bombonería de Dominique Persoone) e importante centro cervecero, reune también una interesante colección de restaurantes entre bistrós informales, locales tradicionales y restaurantes de envergadura.

Bélgica es el país de Europa con mayor número de estrellas Michelin por habitante, resultado de la inquietud gastronómica de la población y de los jóvenes cocineros y Bujas, capital de Flandes, no es una excepción.

El cocinero Gert de Mangeler y su socio el sumiller Joachim Boudens cuentan con el bistró LESS en la ciudad y el restaurante Hertog Jan en una bonita granja a las afueras.

Otros locales que hay que apuntar son De Jonk Man donde el chef Filip Claeys desarrolla un interesante trabajo con pescados del Mar del Norte; el restaurante Sans Cravate con claras influencias de la cocina de vanguardia española o Maison Blanche, un sencillo local donde probar la cocina tradicional flamenca.  Además de otros restaurantes como Aubergue de Herborist o Sel gris.

Desde allí merece la pena escaparse hasta In De Wulf, en Dranouter, casi en la frontera con Francia para dejarse seducir por la cocina de Kobe Desramaults.

Tokio

Desde fuera –y seguro que también desde dentro- es dificilísimo tener una idea de lo que representa la gastronomía de Tokio con sus más de 160.000 restaurantes y el mayor número de estrellas Michelin del planeta  -216 para ser exactos-.

Sin embargo, no solo hay que visitar restaurantes, para entender la idiosincrasia gastronómica de la ciudad y su envergadura es importante acercarse a Tsukiji, el fascinante mercado de pescado (vivo y muerto) en el centro de la ciudad donde se puede comer sushi en Daiwa Sushi, asistir a una ceremonia del té (la prestigiosa casa de té Toko-An ofrece ceremonias en su sucursal del Hotel Imperial), visitar el supermercado de un gran almacén como Takasimaya, las tiendas tradicionales de un templo en el barrio de Asakusa, las tabernas Izakaya que se reparten por los sótanos de toda la ciudad, los restaurantes temáticos o los puestos de crepes que hacen furor entre los adolescentes de Harajuku (estos dos últimos no son muy gastronómicos, pero son curiosos).

En Japón los restaurantes buenos están muy especializados en sushi, ramen, tempura, shabu-shabu, yakitori, gyozas y cocina Kaisek. Para tener una idea de cómo es la cocina japonesa contemporánea, Narisawa es el alma japonesa con técnicas europeas.

Para comer buen sushi, Ootanino en el barrio de Omotesando o el mítico Jiro Sukybashi, una barra a la que se accede desde la estación de metro de Ginza. Si buscas ramen, Niboshi Ramen Nagi es la opción, su especialidad es el caldo preparado a partir de sardinas secas.

Singapur

Que los singapurenses se saluden preguntando “¿Has comido ya?” da una idea de la importancia que para ellos tiene la gastronomía.

En este micropaís del sudeste asiático se concentran algunos de los mejores restaurantes de la zona, tanto occidentales (de Robuchon a Wolfgan Puck) como asiáticos, pero lo más interesante y divertido es recorrer los hawkers, una suerte de food centers que el gobierno organizó en los años 70 para evitar los puestos de cocina callejera (más de 40.000) y garantizar la correcta higiene.

Entre los mejores está el de Adam Road y el Golden Mile Food Center: cocina china, india, malaya, perakanan o nyonya (cocina de los chinos emigrados a malasia e indonesia)… una divertida mezcolanza en la que destacan como platos nacionales el chiken rice (pollo hervido con arroz) en chili crab (cangrejo picante), roti prata (curri en una tortilla) o el laksa de origen malayo (fideos en curri con leche de coco.

La visita a uno de estos hawkers es obligatoria, no conocerlos sería como no ir a un bistró en París o a un bar de tapas en España. La lista de restaurantes de de alta cocina es larguísima, pero estos son algunos imprescindibles: Andre, Iggy’s, Candelnut, The Corner House, Tippling Club, Waku Ghin,  Burnt Ends, JAAN, Odette…

Bangkok

La capital tailandesa es una mezcla fascinante de cocina callejera y locales para descubrir especialidades locales y recetas de autor.

Un recorrido por los mercados locales (una vez superado el rechazo que pueden provocar los fuertes olores y la falta de higiene) es la única forma de descubrir ingredientes tan exóticos como sabrosos. Asistir a un curso de cocina (en The blue Elephant, por ejemplo) es la mejor forma de entrar en contacto con la cocina thai y sus singularidades.

Entre los platos imprescindibles están el curry verde (todos los curris tailandeses se preparan con leche de coco a diferencia de los indios), la ensalada de papaya verde, la sopa picante thon kha  (en realidad en Tailandia todo es picante, muy picante, por eso hay que advertir “mai peth” o lo que es lo mismo “poco picante”) y el mango con sticky rice, uno de los postres más deliciosos que he probado; elaborado con arroz glutinoso cocido en leche de coco y mango fresco.

En los lujosos centros comerciales hay restaurantes de todos los rincones del mundo, con sucursales de las más prestigiosas cadenas  restauranteras de Asía, pero para conocer esta cocina a fondo es necesario comer en los puestos callejeros (los mejores platos hervidos o a las brasas).

El mejor libro sobre el tema es:  Thai Street Food (Lantern, Penguin Group, 2009), lo ha escrito el chef David Thompsom del restaurante Nahm considerado durante varios años el mejor restaurante de Asia por la lista 50 Best.

Míticos  restaurantes eran los de la Calle (o soi en el lenguaje local) 38 de Sukhumvit: abiertos hasta altas horas de la noche, que han desaparecido para dejar paso a un centro comercial.

Entre los restaurantes más interesantes, además de Nahm, destacan Bo Lan, Soul Food Mahanakon (cocina del Norte de Tailandia sencilla pero muy auténtica y sabrosa), Le du, Sra Bua by Kiin Kiin (hotel Kempiskin), Issaya, Khao… Y Gaggan, el restaurante de cocina molecular india que arrasó en el 50Best, pero que personalmente me genera ciertas dudas.

Melbourne

Australia es un importante polo gastronómico por dos motivos: la confluencia de muchas cocinas orientales y occidentales; y una de las despensas vírgenes más interesantes del mundo, procedente en buena parte de la isla de Tasmania y también del Noreste de Victoria.

Melbourne es la ciudad más activa del continente, gastronómicamente hablando, no solo por la cantidad de restaurantes con cocinas de todo el planeta y foodtrucks, también por los mercados Queen Victoria Market, Queen Victoria Market, las granjas y las actividades vinculadas a la gastronomía desde rutas hasta clases de cocina pasando por el Melbourne Food and Wine Festival .

Entre los restaurantes a visitar: Pearl , Taxi Dining Room, Attica, The Botanical  Rockpool Bar and Grill.

Ciudad de Mexico

El tex-mex es una lacra infame que pesa sobre una de las cocinas más fascinantes del mundo: La cocina mexicana, única declarada patrimonio inmaterial de la humanidad.

México posee técnicas e ingredientes conservados desde la época prehispánica que se han ido enriqueciendo con la historia en una fusión natural. El repertorio de salsas (moles y pipianes) es tan amplio que no se ha podido indexar. Solo manejando un libro de la envergadura del Diccionario Enciclopédico de la Cocina Mexicana de Ricardo Muñoz Zurita se puede atisbar la importancia de esta culinaria.

Junto al maíz y los chiles – ingredientes básicos-, un universo desconocido de frutas, verduras, hierbas e insectos, imposible de abarcar: achiote, escamoles, ajiaco, jitomate, huitlacoche, cajeta, chipotle, xoconostle, izote, enchilada, elote, epazote, gorditas, sopes, pozoles… todo ello al alcance del viajero en los coloridos mercados locales. La cocina callejera es rica y variada, lo mismo que las pujantes concentraciones de food trucks, que a pesar de estar prohibidas cada vez tienen más fuerza. Entre nuestros restaurantes favoritos: Pujol (que recientemente ha cambiado su ubicación), Sud 777, Quintonil, Raíz, Paxia, Merotoro, Azul Condesa y El bajío.

Lima

El fenómeno de la cocina peruana ha traspasado fronteras impulsado por varios factores: la enorme diversidad de la materia prima peruana (papas de mil tipos, maíces, ajies, animales de la selva amazónica, vegetales, pescados de agua dulce y salada, etc), el orgullo de los peruanos por su cocina y el apoyo incondicional del gobierno a un sector en el que ha visto futuro.

Más allá de se su capital, Lima, no hay demasiado por el momento. En Lima se concentran los restaurantes y otro tipo de locales como sangucherías, cebicherías, picanterías, algunas cafeterías y pequeñas tiendas que apuestan por los productos locales de calidad.

Un ejemplo es el espíritu de Gastón Acurio, lo impregna todo ¡por suerte! Los restaurantes que están en la cresta de la ola: Central, Astrid y Gastón, La Mar, Maido, Malabar, La Picantería, Fiesta, Maras, La  Huca Pucllana (aunque solo sea por disfrutar del lugar)Taberna Queirolo, Café Bisseti, El Chinito, La preferida, La Lucha, etc.