Detrás de esa fachada y ese local tan estrambótico y colorido están los postres que cautivan a todo el que camina en Polanco. El proyecto se llama Gelatoscopio y es el resultado del trabajo conjunto de la chef Fernanda Prado y la emprendedora Tatiana Ortiz Monasterio.
Gelatoscopio no es un sitio de simples helados, es un templo de postres donde, sí, el helado es el amo y señor de la orquesta de sabores.
En este lugar, la chef busca que recuerdes tu pasado, ciertos momentos de tu vida, al comer uno de sus postres. Para Fernanda, crear ese vínculo con el comensal es fundamental, por ello casi siempre busca sabores que evoquen recuerdos.
En su carta encuentras los típicos de fresa, vainilla, chocolate, plátano, café, pero con elementos que los complementan de una manera original y exquisita.
Estos elementos tienen la función de potenciar el sabor del helado, hacer un contraste, tanto gustativo como de textura y de temperaturas. Por ello, en algunos postres encontrarás algo salado, algo tibio, algo crujiente, algo más suave.
Cada uno de los postres están perfectamente pensados y con una misión: sorprenderte. Aunque hoy en día existe la fiebre de armar nuestro propio helado, dale oportunidad a estos postres creados con base en la experiencia de Fernanda Prado, chef que formó parte de la reconocida escuela Espaisucre.
Cada tres meses Fernanda cambiará algunos sabores de la carta y lanzará de temporada. Durante Navidad, por ejemplo, hizo uno de chocolate blanco con jengibre y otro de ponche de mandarina. Ya también incorporó malteadas y todos los jueves de 7 a 10 de la noche hay cocteles con helado y piquete.
Además de preparar postres celestiales, a Gelatoscopio le importa el medio ambiente. Por cada cuarenta helados vendidos, reforestarán una hectárea de árboles.
Y como para cada persona existe un postre, le preguntamos a la chef de Gelatoscopio qué personalidad le asignaría a cada uno de sus helados si estos fueran personas. ¡A ver con cuál te identificas! La preferencia de ciertos ingredientes dice mucho de nosotros.
El Aromanzana es totalmente refrescante. Este es un sorbete de manzana verde y cardamomo –superbalsámico y que añade un toque de mentol-, que trae gomitas de limón, manzanas verdes y un merengue muy poroso de cardamomo y hojas de menta.
El Lichiscópico. Para este postre, Fernanda se inspiró en el trabajo del chef repostero Pierre Hermé, que a partir de los sabores fresa, lichi y frambuesa creó toda una colección de macarons, pasteles, helados, bombones y más. Esta maravilla lleva estas frutas y, además, pétalos cristalizados de rosa para dar un toque elegante y sutil.
El Sueño de lavanda. El semi-sorbete de lavanda es muy complejo y Fernanda se siente completamente orgullosa de él. Además, viene con duraznos, algodón de azúcar y flores.
El Key lime. Tiene una nota ácida, el sorbete se hace con limón amarillo 100% natural, sin saborizantes. Además, también viene con una mermelada donde se utilizan todas las partes de un limón, un crumble de almendras y una espuma que sabe a una mordida de pay de limón.
El Té verdísimo. Tiene notas de té, sal y amargor, y viene con palomitas de caramelo y un cono de mantequilla. Fernanda se inspiró en un té verde japonés que lleva arroz tostado.
El Platanífico. Es como si te tomaras un licuado de plátano; además viene en un cono de cacao y especias sin harina, con plátanos caramelizados y un crumble de nuez moscada.
El Nubefresónico. Éste es el favorito de Fernanda, cuyo sabor recuerda “al caldito que queda al final de unas fresas con crema”. Viene con malvaviscos de frambuesa y frutos rojos.
El Ta-tán. Para Fernanda, el helado más difícil de lograr es el de vainilla porque “muchas veces lo más sencillo es lo que te da más trabajo”. Viene con manzanas caramelizadas que se sirven calientes sobre el helado, un hojaldre supermantequilloso y un cono también de mantequilla. Es su interpretación de la famosísima tarta tatin.
El Carajillo latte. “Es un postre de señor”, dice Fernanda. Es un helado de café con leche, con espuma de amaretto, un bizcocho que también lleva este licor y almendras caramelizadas.
El Cookie-maní-a. Esta opción es perfecta para los pequeños porque es un helado de crema con galletitas de crema de cacahuate y chispas de chocolate. Fernanda dice que este helado es muy amigable con todos.
El Chocoadicto. Es un helado de chocolate semiamargo, muy cremoso, con un poco de especias. Además el cono es de cacao y trae un crumble de chocolate.
El Chocopasión. Es un sorbete de chocolate y maracuyá, muy frutal, que viene con gomitas y merengues también de maracuyá, y en un cono de cacao. En cada bocado tienes acidez, frutas, un poquito de amargor por el cacao, un poco de sal, en fin, es un postre muy equilibrado, perfecto para quien adora el chocolate pero también le gusta aventurarse con los sabores.
Dirección: Oscar Wilde 20, Polanco.
Twitter: @gelatoscopio
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