Encontrar un buen pan no es una tarea sencilla en estos tiempos. Los ingredientes de calidad, la textura y el sabor son elementos fundamentales que pueden llevar al cielo a quien lo prueba. Nada como dar el primer bocado y cerrar los ojos de felicidad por un pan bien hecho y esponjoso. Estos son los elementos que un joven panadero mexicano decidió buscar para encontrar la receta de un pan natural perfecto.
La historia de este joven panadero comienza con las historias que su abuela le contaba cuando era pequeño. Ella vivía en un pueblo donde la comunión entre las personas y la naturaleza estaba a la orden del día; un lugar donde la gente cosechaba sus alimentos y desarrollaba una fuerte conexión con la tierra.
Ella le enseñó que la mejor herencia se encuentra en las recetas de cocina. Ahí, en los libros de su abuela, este joven panadero encontró secretos sobre ingredientes naturales y locales que hacen del pan un alimento maravilloso, exquisito y básico en la alimentación de los habitantes del pueblo.
Con el deseo de encontrar la magia de ese lugar e inspiración para nuevas recetas, este joven panadero decidió embarcarse en la aventura de su vida: buscar ese pueblo. Lo que descubrió en su recorrido es digno de contarse en las hojas del diario de un cocinero viajero.
Este joven panadero visitó diversos rincones de México, conoció a diversos productores locales que le brindaron apoyo, experiencias y, sobre todo, le abrieron las puertas para conocer los ingredientes que lo ayudarían a preparar el mejor pan natural de su vida. Para este muchacho, el nacimiento de un buen pan comienza en lo que brinda la naturaleza.
Visitó campos de trigo, de frutas y hasta los árboles donde crecen las manzanas, entre otros lugares, y descubrió la historia de cada ingrediente a través de la voz de quienes los cultivan, creando una conexión con la naturaleza y al mismo tiempo con la gente que la cuida y la cosecha.
Por medio de sus redes sociales, este chef ha compartido un poco de lo que ha encontrado en esta larga travesía, desde personas maravillosas, hasta hermosos paisajes, pero lo más importante, los ingredientes que descubrió en cada temporada de su recorrido y que aportaron sabor a su camino.
Cada elemento fue inspiración para aprender sobre lo bueno que la naturaleza nos da, esos ingredientes básicos que nos regalan nuevas experiencias de sabores, que también funcionan para mantenernos saludables, activos y llenos de vida.
Al regresar de su viaje, el joven panadero comenzó a crear nuevas recetas con todo lo que descubrió. El resultado fue un pan natural hecho de forma artesanal que reúne la sabiduría de los agricultores –que ahora son sus amigos- y los sabores de frutas, semillas y granos de nuestras tierras mexicanas, en fin, un pan especial, único y diferente. Quienes lo han probado aseguran que es un pan delicioso que falta en las mesas mexicanas.
Aún no sabemos qué más pasará con este panadero aventurero, pero pronto tendremos buenas noticias, más detalles de sus panes y de este viaje que lo llevó a experimentar nuevas vivencias con los ingredientes naturales.