Japón es uno de esos países que siempre están en nuestra mente. Es conocido por los samuráis, los ninjas, el sushi, las bombas atómicas, los programas de concursos bizarros y el hentai anime.
Sin embargo, también es el lugar de origen del amezaiku, un arte tradicional que consiste en hacer hermosas piezas de caramelo comestible a las cuales se les da forma antes de que el dulce se endurezca.
Esta práctica se remonta al siglo XVII –en el periodo Edo, una era conocida por el florecimiento de las artes, cultura y un notable desarrollo económico– y, como seguro imaginan, con el paso del tiempo se ha perdido a tal punto que en Tokio solo existen dos tiendas que ofrecen estos bellos caramelos.
Una de ellas es Asakusa Amezaiku Ameshin y es propiedad de Shinri Tezuka, un joven de 27 años que aprendió esta técnica por sí mismo. “El número de artesanos (conocedores del «amezaiku») se ha reducido tanto que no quedan escuelas que enseñen esta técnica”, explica.
En este video producido por Great Big Story se aprecia cómo una bola de azúcar fundido se convierte en un pez dorado –el favorito de los clientes–, un zorro, una rana, un dragón y hasta un pulpo en las hábiles manos de Shinri, el autodidacta.
Con información de Eater.