Desde épocas inmemoriales, el fuego ha sido un elemento místico para los seres humanos, fuente de inspiración y pieza clave en el desarrollo de civilizaciones.
Los humanos nos sentimos fuertemente atraídos por el calor de las brasas. Quizás sea esto lo que nos gusta tanto de Bowie, un lugar en el que el humo es el ingrediente principal de cada preparación.
A través de un horno de barro de inspiración ancestral, su chef, Rodrigo Carrasco, propone una serie de platos que llegan a la mesa humeando, atrapados en frascos, cajas de madera y campanas de vidrio. Cada servicio es un espectáculo culinario en el que el comensal puede ver cómo del alimento emana algo delicioso a la vista y al olfato.
El short rib es delicioso, se deshace en la boca. // Foto: Mariana Toledano
Sin duda, uno de los detalles que enamora de Bowie es que cada ahumado es diferente. Cada producto es sometido a un proceso distinto de cocción en el que se usan maderas -como mezquite y ocote- y algunos ingredientes como canela o romero.
Aunque al ver la carta todo se antoja, uno de los favoritos es el cebiche de setas con cebolla ahumada, un plato fresco y de sabor increíble. En definitiva, el short rib refleja las 24 horas de cocción lenta que permiten que la carne se deshaga en la boca y los taquitos de tuétano con elote son una maravilla.
Taquitos de tuétano con elote. // Foto: Mariana Toledano
Los postres no solo son deliciosos, también son humeantes. El creme brulee de mamey es una gozada que se sirve en llamas y se acompaña de flores comestibles. Además, un postre suave de chocolate apapacha los sentidos para terminar con una gran comida.
El creme brulee se sirve en llamas. // Foto: Mariana Toledano
No hay más, la visita es obligada a este restaurante que cambió su ubicación a la colonia Roma en la Ciudad de México, en un espacio muy acogedor que posee una barra maravillosa en la que la especialidad es el whiskey.
Bowie
Sitio web: www.bowie.com.mx
Dirección: Córdoba #113, Col. Roma
