¿Recuerdas cuando la vida era sencilla y todo se solucionaba con helado? Pocas cosas producen placeres tan sencillos como un barquillo de galleta coronado con una o dos bolas heladas de tu sabor favorito. Felicidad instantánea.
Sin embargo, ahora que somos mayores nuestro paladar es más exigente y nos importa lo que comemos, por lo que cualquier helado no es suficiente. Nos merecemos saborear ingredientes naturales, algo bien hecho y sabroso.
Mauricio Villavicencio, heladero de Glace -un lugar delicioso del cual ya les habíamos contado-, revela los puntos clave que diferencian los helados excelentes de los de mala calidad. Toma nota.
Para empezar, ese helado color rojo casi fluorescente que solíamos comer de pequeños no es natural. Si aún lo comes, probablemente cuando termines tu lengua y estómago estarán de ese color. Los helados sin colorantes artificiales pueden parecer aburridos pero al menos no estás pintando tu cuerpo por dentro.
Hay un abismo de diferencia entre un helado de vainilla artificial y uno hecho con vainas de vainilla de Veracruz.
Lo mismo pasa con el de limón, naranja o fresa. Cuando los ingredientes son naturales, el sabor es muy distinto.
Seguro te has enfrentado a un helado que se estira como chicle. La consistencia chiclosa significa que tiene hasta 50 gramos por kilo de estabilizantes y emulsificantes, una bomba terrible de químicos que sería mejor evitar.
Nada más molesto que en cada bocado una capa de grasa se quede pegada en el paladar. No hay mucho que decir al respecto, solo que la fórmula no es equilibrada y que tiene más grasa de la que debería.
Queramos o no, el azúcar funciona como el PAC (Poder Anti Congelante) en la fórmula del helado, por ello es prácticamente imposible que uno natural no la tenga. Irónicamente, los helados sin azúcar son menos saludables.
Las heladerías de baja calidad suelen inflar sus productos para que estos rindan más, de esta forma comes más aire y menos producto. Un buen helado debe pesar 800 gramos por litro, la mayoría pesa 400.
Si un helado tiene cristales tuvo un mal proceso de congelación. Puede ser que se enfriara en etapas o que en el traslado se descongelara y se volviera a congelar. Lo ideal es que tenga una textura tersa.
El único inconveniente de los helados naturales es que al no tener aditivos ni conservadores solo duran dos meses en el congelador, aunque, siendo sinceros, ¿a quién le puede durar tanto un helado delicioso?
Además, una vez servido, el helado artesanal tarda casi el doble en derretirse que el artificial.
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Si buscas buenos helados, de sabores atrevidos y maravillosos -como pimienta, cardamomo o chocolate belga-, te recomendamos que visites Glace en cualquiera de sus dos sucursales.
Glace Roma: Mérida #215 L-2, Col. Roma
Glace Centro: Dr. Mora #9 L-2, en Barrio Alameda, Col. Centro