Hay platillos que llevamos en el corazón porque nos reconfortan y nos transportan a sensaciones y sabores que reconocemos y amamos.
En Estados Unidos a este tipo de comida se le conoce como comfort food. Aquí te compartimos la tradicional receta del cheesecake de cereza, la cual tiene todas las características tradicionales de un cheesecake estilo New York: es alto y cremoso, además de ser ligeramente firme y denso. Con este postre puedes terminar magistralmente una cena elegante, una comida entre amigos o un almuerzo casual entre semana. Ten cuidado de no sobrecocer el cheesecake, pues se agrietará al momento de enfriarlo.
Esta receta es parte del libro Comfort food de la editorial Larousse, el cual recopila más de 100 recetas transmitidas de generación en generación y que han sido servidas en las comidas familiares, desde una ensalada César y una sopa de cebolla, hasta unas costillas especiadas o unos brownies de chocolate amargo.
Para hacer la costra, precaliente el horno a 180°C y engrase con mantequilla un molde desmontable de 23 centímetros de diámetro. Muela en un procesador de alimentos las galletas y las almendras fileteadas junto con las 3 cucharadas de azúcar hasta obtener un molido fino. Agregue poco a poco la mantequilla derretida, apagando y encendiendo el procesador entre cada adición, hasta obtener una masa homogénea. Forre con la masa de galleta la base del molde y 4 centímetros de altura de sus paredes, presionándola firmemente. Hornee la costra durante 7 minutos o hasta que esté dorada y firme. Retírela del horno y déjela enfriar sobre una rejilla. Reduzca la temperatura del horno a 150°C.
Para preparar el relleno de queso, acreme el queso crema en una batidora. Añada la harina de trigo y el ¼ de cucharadita de sal y bata nuevamente hasta obtener una mezcla tersa y homogénea. Agregue 1 ¼ tazas de azúcar, la crema ácida y el extracto de vinilla y mezcle bien. Incorpore los huevos, uno por uno, sin dejar de batir hasta obtener una preparación homogénea y esponjosa. Vierta el relleno en la costra horneada.
Hornee el cheesecake durante 1 hora o hasta que esté casi completamente firme, excepto el centro (el relleno se endurecerá más al enfriarse). Retire del horno, y colóquelo sobre una rejilla. Pase con cuidado un cuchillo sin filo entre la costra del cheesecake y el molde para despegarlo y déjelo enfriar a temperatura ambiente.
Cúbralo con plástico autoadherible y refrigérelo durante 3 horas como mínimo.
Para hacer la salsa de cereza, ponga en un sartén las cerezas, el jugo de cereza, el ¼ de taza de azúcar restante y la pizca de sal. Ponga el sartén sobre fuego medio-alto, moviendo la salsa ocasionalmente, entre 2 y 3 minutos o hasta que las cerezas se suavicen. Disuelva en un recipiente pequeño la fécula de maíz con 1 cucharada de agua e incorpórela a la preparación de cerezas. Continúe la cocción durante 3 minutos o hasta que la salsa hierva y se espese. Retírela del fuego y déjela enfriar.
Desmolde el cheesecake y colóquelo sobre una base para pastel. Cubra la superficie del cheesecake con la salsa de cerezas, córtelo en rebanadas y sirva.
Prepare un cheesecake con un toque ácido, añadiendo al relleno 2 cucharaditas de ralladura de limón junto con la vainilla. Sírvalo con fresas rebanadas espolvoreadas con azúcar glass en lugar de la salsa de cereza.