Estas recetas son una excelente opción cuando se antoja un postre rico y fácil de hacer pero no se quiere usar el horno. Están pensadas a prueba de novatos e inexpertos así que, si es tu caso, no temas, te quedarán perfectos.
¡Que los disfrutes!
En un recipiente agregar el jugo de limón, la leche evaporada, la leche condensada y la media crema. Mezclar muy bien hasta que la mezcla quede espesa.
En un molde poner una capa de galletas María y cubrir con un poco de la mezcla, luego colocar una capa más de galletas y cubrir con la mezcla. Repetir cuantas capas se deseen.
Llevar al congelador durante 30 minutos. Desmoldar y decorar con rodajas y ralladura de limón y servir.
Para la cobertura de chocolate
Engrasar o forrar un molde con papel de horno.
Triturar las galletas finamente, de preferencia en un procesador o en licuadora. Fundir la mantequilla y agregar a las galletas. Mezclar hasta obtener una pasta.
Verter la mezcla en el recipiente y formar una capa al fondo, presionar muy bien con ayuda de una cuchara o el fondo de un vaso. Reservar.
Hidratar la grenetina con un poco de agua. Reservar.
Llevar a un procesador o licuadora las moras hasta formar un puré, colar. Llevar a fuego medio el puré de moras y, una vez que suelte el hervor, retirar. Agregar la grenetina hasta que se disuelva. Agregar un poco de arándanos frescos para dar textura.
En un recipiente batir a mano el queso crema, agregar el jugo de limón y seguir batiendo. Verter el puré de moras y arándanos en la mezcla e incorporar bien.
Vaciar la mezcla por encima de la capa de galletas y colocar en el refrigerador de 4 a 5 horas.
Mientras, poner el chocolate con el azúcar y media taza de agua. Derretir la mezcla a baño María sin dejar de mover hasta que se vea lisa y brillante. Sacar el cheesecake frío y cubrir con la mezcla, poner algunas moras de decoración.
Dejar enfriar y servir.